5.12.11

Los ángeles no tienen sexo, pero sí alas

Si la expresón “dejar volar la imaginación” tuvo sentido alguna vez, tuvo que ser en referencia a Solo los ángeles tienen alas. Y los clásicos del cine se comentan con esta rotundidad o no se comentan en absoluto.



Así comienza mi última columna en The luxury. Y como me he gustado mucho más que el sombrero en el que podrías servir nachos con guacamole de Cary Grant en la película, os lo enlazo aquí.

14.11.11

Anomalario de luxe

El mundo del lujo ya no es lo que era. Todo empezó cuando un programa protagonizado por Belén Esteban decidió ponerse la coletilla "de luxe". De ahí a que yo merodeara por los antaño luminosos vericuetos del glamour había un paso. No tengo muy claro si hacia atrás o hacia adelante.

El caso es que a partir de ya podrán ustedes leerme cada semana en The luxury journal. Les hablaré de series y de cine con mi habitual falta de vergüenza.

He aquí dos bellos ejemplos:


Una serie que traza el retrato de un periodo épico en la configuración del país, estrenando la libertad, cuando todo estaba por definir y la gente se duchaba poco. Dicho así podría estar hablando de Cuéntame, pero los más avispados lectores habrán notado por el título del post que la cosa va de   vaqueros de los que no tienen pata de elefante...




Con el horario de invierno, la noche cae como una venganza. Hace frío, llueve, y la idea de salir a la calle parece tan hostil como una reunión de las cinco familias de la mafia de Nueva York. Hace falta un plan alternativo y el estante de los DVD me hace una oferta que no puedo rechazar: El Padrino Parte II...


Y con esto les dejo, que veo que me están saliendo a recibir las vecinas de la nueva web:

Imagino esta escena con "Agradecida y emocionadaaaaa..." como música de fondo. Así sé que estoy enfermo.

3.11.11

Voy a defender a Telecinco

No es porque sea accionista de Telecinco, que lo soy, y me estén minando la cartera de anunciantes, que lo están haciendo. Si fuera así de ruin ya estaría presidiendo algún país del núcleo duro de la Unión Europea. Es solo que no me parece que la siguiente sea una buena noticia:


A muchas personas del timeline de mi twitter parece ser que les ha parecido sumamente inmoral el contenido ofrecido por el programa que Jordi González conduce con mano de hierro y sin avisador de radares. Seguramente a mí también me lo parecería si le hiciera el más mínimo caso a este tipo de espacios. Pero, ¿saben qué? Cuando algo no me gusta en televisión no lo veo y recomiendo a mis amigos que no lo hagan. Y si el conjunto de los espectadores rechaza un contenido, no se preocupen que durará menos que la carrera musical de Javier Cárdenas.

El nunca lo har... Ya, bueno, ejem. Sigamos con el post.

La reacción de unos cuantos pesos pesados de Internet, sin embargo, ha sido exigir a las marcas que se anuncian en La noria que dejen de hacerlo. Y yo me he acordado inmediatamente de lo feo que nos pareció que los anunciantes se retiraran de Skins o de The Playboy club o las presiones para boicotear a un medio crítico con la visita de Benedicto Equis Uve Palito el pasado verano. Vale, de este último no me he acordado inmediatamente, pero para algo pagamos Google, ¿no? Tirando de buscador podríamos llegar a casos más lejanos en el tiempo y seguramente más graves.

En aquellas ocasiones, nos pareció mal que una panda de beatos, seguramente no mayoritaria, pudiera presionar a las marcas para, a su vez, afectar a la libertad creativa y artística de los responsables de las series y la libertad de expresión de la redacción de Montilla Digital. Ahora no  porque, como dirán los integrantes de la actual masa enfurecida, no es lo mismo. Y es posible que hasta tengan razón. Pero ¿qué pasará cuando el Banco de Santander decida que quizá a sus accionistas les ofenda algunas de las cosas que se dicen en Salvados? ¿O cuando H&S crea que sus clientes pueden sentirse incómodos por la España casposa que hay de fondo en Cuéntame? ¿O L'Oreal decida que sus compradores tienen derecho a ver a gente guapa y obligue a los informativos a contratar solo a...? Oh, vaya. No podemos llegar a tiempo a todo, ¿verdad?

El caso es que debéis pensar que si aplaudimos y promovemos los boicots de las marcas a ciertos contenidos televisivos, no estamos promoviendo una democracia audiovisual, sino que nos estamos despojando como espectadores de nuestras armas y se las estamos cediendo a otros. En este caso, por ejemplo, a la persona que aprobó esta campaña:



4.10.11

Telecinco le hace la rima a sus espectadores en Internet

Las televisiones apuestan cada vez más por Internet. Yo soy más de ir al corredor de apuestas del barrio de toda la vida, pero allá cada uno. Además, también están empezando a considerar la Red como una ventana de emisión más.

Inciso: en mis conferencias (cuando llamo a casa de mis padres desde fuera) es frecuente que alguien (mi madre) me pregunte de dónde viene el concepto "ventana de emisión" referido a la tele. No está clara la etimología aunque en el caso de algunos canales parece que viene de aquellos alegres tiempos en los que en las ventanas de Madrid podía oírse el simpático grito de "agua va". En algunos programas del corazón también reciclaron el concepto de ese grito y lo llamaron "cebo".

Como les decía, Internet es otra forma de que los espectadores accedan a sus series y programas favoritos y también una vía para que las cadenas de televisión patrias den una segunda vida a sus contenidos. Así puedes repasar tus capítulos favoritos o quedarte extasiado una y otra vez con duelos actorales del nivel del de Antonio Hortelano y Kira Miró en Punta Escarlata. Duelo en el sentido recogido por la RAE en la segunda acepción de la palabra.

En Telecinco creen profundamente en las segundas oportunidades para sus productos, pero no para sus espectadores. Los responsables de su web consideran que el público tiene que ver las cosas cuando toca: en su emisión por televisión. Y si no llegas, le pides a tu cuñado que lo grabe, porque si quieres verlo en su web te garantizan que te enterarás de lo que pase en el capítulo de turno... antes de verlo. Titulares revelando nombres de asesinos, capturas de player con el último plano del episodio... Les pondría ejemplos, pero no soy tan cabrón.


Si los responsables de la web de Telecinco editaran DVDs.

Agradezcamos siempre esas iniciativas para recuperar público para las series y programas de televisión entre los espectadores que a veces tenemos vida social y nos vemos obligados a recurrir a Internet para ponernos al día. Pues eso: gracias, Megavideo.

Bonus track: Es posible que el equipo web de Telecinco sí haya editado algún DVD. Concretamente, el de El planeta de los simios de Charlton Heston.

5.8.11

Titular 'Punta Escarlata' y que no sea porno

Si se acuerdan de cuando dijeron que Cuatro estaba preparando su versión de Happy Town, son ustedes dignos concursantes de Saber y ganar: tanto por lo amplio de su memoria como por lo poco selectivo de la misma.  Personalmente, vi uno o dos capítulos de Happy Town, a su vez vendida como la nueva Twin Peaks y pasé a otra cosa. Y sin haber comprado aún la caja de El ala oeste.

El caso es que la "versión de Cuatro" se ha empezado a emitir por fin en Telecinco. Se titula Punta Escarlata y tengo que decir que es bastante satisfactoria y que, por suerte, no creo que tenga mucho que ver con el supuesto original. Por si alguien anda despistado, la cosa va de la desaparición de dos niñas en un pueblo hace unos cuantos años. El caso está cerrado hasta que otra niña de repente atraviesa medio país para, sin saber muy bien por qué, señalar el lugar donde están enterrados los cadáveres. A partir de ahí, policías que quieren atrapar al asesino en un pueblo más lleno de sospechosos que uno de esos que organizan excursiones para ver Salvamé.

El género es una especie de thriller con toques de paranormal. Lo más sobrenatural de todo sería el casting de Antonio Hortelano, eso sí. Me gusta sobre todo que se apueste por series de este corte en España, que se produzca para un público adulto y que podamos ver series sin niños y abuelos. Aunque los hay, al menos no protagonizan un trama impuesta por algún genio del marketing de antena. Pueden cambiar la palabra "genio" por cualquier otra que les guste como "muceta" o "Godzilla".

"No, no: tu compañero de reparto no es el de la camilla, es el del pelo largo".

Lo importante es que la intriga está más o menos bien dosificada. El "más o menos" le viene de mi clásica queja con las series españolas. Todos juntos: ¡dura demasiado! Con 90 minutos por episodio, los guionistas tienen claro donde tienen que acabar el capítulo para dejarlo en alto, pero están obligados a rellenar por el camino con momentos que apenas parecen aportar algo al desarrollo real de las cosas. Lo que en política vendrían a ser las elecciones generales.

En el lado negativo no voy a hablar de algunos miembros del reparto porque no me gusta decir obviedades, así que voy a quejarme de la web de Telecinco, concebida bajo la premisa de "si no lo veis en la tele, pagaréis por ello". Pagaréis porque hay una opción para ver el capítulo en HD abonando 1,06 euros, lo que me parece una barbaridad para un capítulo de una serie ya estrenado. Por 40 céntimos más te puedes adelantar al estreno del siguiente, más razonable porque ya estaríamos hablando de adicciones y los vicios se pagan. Por más que algunos famosos cobren por ellos.

La opción de visionado normal es "gratuita"entendiendo por tal que no entregas dinero, pero que te expones a que te corten el capítulo cuando les dé la gana para cascarte un anuncio. En mi caso, siempre el mismo, de un helado que ya no probaré por principio, y con un criterio de corte que sonrojaría al equipo de continuidad de Antena 3.

Como si la competencia en Internet siguieran siendo otras cadenas sin pudor a la hora de mutilar, cuando en este caso la competencia serían las webs de descarga directa, los torrents o, qué demonios, los fabricantes de aparatos de grabación. Entiendo que tenga que "pagar" con un visionado de publicidad que me hagas el favor de tener el capítulo que me perdí disponible, pero una cosa es cobro y otra castigo y humillación. ¿Se habrán creído que son un banco?

20.7.11

Quiero saber cómo traducirán Wilfred

A veces tengo estas curiosidades idiotas: cómo traducirán el título de Wilfred, en qué nuevo programa pondrán a Belén Esteban... Sé que cualquier cosa que prevea se verá ampliamente superada en absurdo por la realidad.

Les cuento a los que no estén al cabo de Megaupload: Wilfred es el título de la nueva serie de Fx que adapta un original australiano. También es el nombre del perro de la vecina de Ryan, el protagonista interpretado por Elijah Wood. Hasta aquí, todo normal, salvo por eso de que la gente se esté creyendo a Wood haciendo de algo diferente a un hobbit. La locura de la serie es que todo el mundo ve a Wilfred como un perro más, salvo Ryan, que ve... mejor os enseño una foto:

Elijah Wood no tiene muy claro que romper el encasillamiento actoral sea siempre buena idea.

Un tipo vestido con un disfraz sospechosamente parecido al del anuncio de Vodafone, que además de porrero, borracho y experto en manipular a Ryan, es un perro. Quiero decir que olfatea traseros, se babea y no distingue los colores. Una lástima, porque salvo por esto último, podría presentarse a alcalde en algunas localidades catalanas.

Si están desconcertados por esta pequeña sinopsis, no quiero ni contarles cómo estoy yo después de ver cuatro capítulos. Todavía no sé si es una genialidad o un pufo tremendo. Creo que la palabra "bizarra" se inventó para esta serie. Y para los profesores resfriados. Clique aquí si ha entendido el chiste.

El ambiente de la serie es incómodo. No en el sentido de vergüenza ajena de Ricky Gervais, sino porque los abusos de Wilfred y la tontuna que arrastra Ryan a veces dan ganas de zarandear a Elijah Wood. Si nos algo de lo que uno tenga ganas así en general.

Tampoco es una incomodidad que lleve a la reflexión profunda de las grandes verdades de la vida. Al final las lecciones que Wilfred intenta inculcarle a Ryan no están muy alejadas de la moralina de La hora de Bill Cosby, aunque con drogas blandas en lugar de jerseys lisérgicos. La trasgresión puede ser más impactante en un país como Estados Unidos en el que un porro puede arruinar una carrera política. Aquí lo que más indignaría sería el que no rule, por lo que una vez pasado el impacto del "hala, qué brutos", esperamos que haya un desarrollo. Aunque lo mismo pensábamos de Intereconomía y ahí sigue.

Hay buenos chistes, casi todos a costa de la naturaleza perruna de Wilfred, pero no tengo claro que la broma aguante toda una serie. Aunque fíjense lo que pasó con Ana Obregón haciendo de niñera sexy.

Si son ustedes muy aficionados a la televisión, que no es lo mismo que verla muchas horas desde que existe Salvamé, déjense pasar por un par de capítulos. Aunque solo sea por experimentar. Eso sí: tengan en cuenta que esta última frase parece que es lo mismo que pensaron los guionistas. Antes de ponerse a escribir.

18.7.11

Mosquitos

Aquí estaoy yo hablando sobre lo de... eso que... ay, lo que hacen los mosquitos. Y me diréis: "¿pican?". Y yo os contestaré: "sí, ya lo han visto unos cuantos".

8.7.11

Debate sobre el estado de la ficción

La verdad es que con el título que acabo de poner, podría ser algo protagonizado por Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero. ¡Mas no!* Los chicos y chicas de Periodista Digital nos convocaron a Israel Álvarez y a mí para conversar sobre series españolas bajo la batuta de Sergio Espí. Nos salió esto:


Ahora sería bonito un debate sobre lo debatido. Por ejemplo entre Pilar Rubio y Ana de Armas, tan admiradas por los contertulios.


* Sutilérrimo juego de palabras.

Idris Elba se Luther

Acabo de darme cuenta de que nunca llegué a publicar un comentario sobre la primera temporada de Luther. Al menos eso dice Google, que yo tengo menos memoria que el Spectrum de mi hermano mayor.

El borrador de ese post está en uno de mis discos duros y en él describo la serie como una pequeña joya del género negro (y aquí hacía una broma idiota con el hecho de que el protagonista sea Idris Elba). Escribí esto:
El protagonista de Luther es lo que habría sido Colombo si en lugar de vivir los locos 60 de San Francisco (y a Colombo se le notaba que los había vivido a tope), hubiera estado de policía en Londres en las décadas de 1990 y 2000. En otras palabras: es un tío cabreado. John Luther es una persona inteligente y sensible enfrentada al hecho, incomprensible para él, de que el amor y la bondad no son los motores del mundo. Y es que no entender algo, cabrea mucho, como demuestra cualquier tertulia televisiva.
La primera temporada de Luther es tan buena que no me extraña que hayan usado el nombre para la nueva serie de Idris Elba. Que además, también va de un policía de Londres que es amigo de alguno de los amigos del otro. Y también hace una pequeña aparición Ruth Wilson. Un momento...

Una de las cosas que más admiro en Fringe es que cada temporada se reinventa y cambia las coordenadas de la ciencia-ficción por las que se mueve. Es lo mismo que hizo Perdidos y lo que intenta Telecinco cada vez que se le ocurre poner a Belén Esteban en un programa diferente.

En su segunda temporada, Luther prueba un poco de este intrazapping y fracasa. Da la impresión de que han reseteado a la manera de los comics de Marvel y DC. El final del último episodio de la primera temporada importa poco y lo poco que heredamos de él, desaparece rápidamente para dar lugar a un nuevo juego de relaciones entre personajes que se crean desde la nada. Todo muy Mujeres y hombres y viceversa.

Idris Elba, repasando el mapa de tramas.

La ventaja es que la segunda temporada puede verse independientemente de la primera. Lo malo es que no está claro que eso merezca la pena. Ningún villano está a la altura del gran enemigo de John Luther en la anterior entrega. Y la mezcla de las tramas episódicas con la horizontal es totalmente confusa y forzada. Da la impresión de que la BBC recorta el pedido de seis episodios a cuatro y hay que meter la historia de los últimos capítulos a calzador. Hasta el punto de que por momentos se diría que el protagonista se teletransporta para cumplir con sus compromisos en las dos historias. Y ya costaba creer que hiciera eso en Thor.

Por lo demás, si quieren ver violencia y suciedad en televisión... más violencia y suciedad en televisión de lo normal, o al menos mejor interpretada, asómense a Luther. Es más corto que los magazines matinales.

4.7.11

Huelga de cielos caídos

La especie humana es, en su conjunto, lerda. Creo que este es el subtexto que siempre nos han querido transmitir los autores de ciencia ficción que han descrito todo tipo de apocalípticas invasiones extraterrestres. Desde la de los marcianos sin Tamiflu de H.G. Wells hasta el ataque de los saltamontes de Falling Skies que Steven Spielberg ha perpetrado para la TNT.

Mi teoría se fundamenta en que todos estos alienígenas tienen en común ser razas capaces de idear viajes interestelares pero que nunca se les ha ocurrido fabricarse ropa. No digamos cascos o accesorios antibalas. Conclusión: los humanos hemos malgastado en la moda el tiempo que podríamos haber usado en viajar a otros planetas. Vean una colección de Ágatha Ruiz de la Prada y díganme si nos ha merecido la pena.

El primer capítulo de Falling Skies me pareció entretenido, tengo que reconocerlo. Sin grandes despliegues y sin gran originalidad en los planteamientos, todo muy propio de serie de verano. En verano hemos visto series con bichos irreales toda la vida: desde Hulk a Los vigilantes de la playa. También pensé en V, que hubiera hecho una segunda temporada mucho mejor enfoncándola así. Claro que también hubiera hecho una segunda temporada mucho mejor simplemente no haciendo una segunda temporada.

Series apocalípticas con niños. Seguro que al fondo está Amparo Baró.

La cosa es que tenemos una invasión alienígena que ríete tú de Mallorca en agosto y que ha diezmado a la población del planeta, que se ha cargado prácticamente toda la tecnología con un pulso electromagnético y que tiene secuestrados a los niños para hacerles trabajar como esclavos. Cargando metales. No para hacer balones de fútbol, no. Para cargar pesos. Podían haber puesto a eso a Iñaki Perurena, pero les recuerdo que son una civilización que todavía tiene pendiente descubrir el concepto "calzoncillo". Y el concepto "pulgar oponible" también.

Escenario postapocalíptico, civiles obligados a convertirse en soldados, civiles haciendo de civiles fans de Intereconomía... podría ser The walking dead, pero les falta mala leche. Los personajes están pasados por el tamiz del Spielberg que retoca los fotogramas de E.T. para convertir las pistolas en walkie-talkies. 

El otro referente que me viene a la cabeza es Battlestar Galactica, pero le faltan muchos tonos en la escala de grises. El personaje de Noah Wyle es demasiado majo, demasiado héroe de una sola pieza para introducirle los matices inquietantes de la familia Adama. Y los malos parecen una tapa en un restaurante de Bangkok: dan demasiado asco como para llegar a empatizar con ellos.

"¡Cuidado, un cylon! Digooo... esteeee...".

La inercia veraniega me está pudiendo y todavía veré el cuarto capítulo. Pero en estas fechas llegué a ir al cine a ver Trasnsformers, así que es normal que desconfíen de mí.

Y que los autores de ciencia ficción que han descrito todo tipo de apocalípticas invasiones extraterrestres en el fondo pueden tener razón.

21.6.11

Mucho The Killing

Estoy tan acostumbrado a los microcomentarios en Miso que ya no sé por dónde empezar cuando quiero escribir algo más largo. Es lo que pasa a veces, que por poder alargar las cosas, no paras cuando deberías. Les pasó a los creadores de Perdidos, a los directivos de Telecinco y a algunos usuarios de jess-extender. Me lo han dicho. De un amigo de un amigo.

Sospecho que a The killing le puede pasar algo parecido. Hace unos días concluyó la primera temporada en la AMC y se las han arreglado para alargar la trama hacia una segunda entrega. Digo alargar porque el final tiene todo el aspecto de ser un rápido apaño de guión corrigiendo lo que podría ser un episodio de final de serie y chimpún.

"Malas noticias, chicos: esto que he encontrado es un guión para la segunda temporada".

La premisa de la serie está muy bien: una chica asesinada, los policías que investigan su muerte, un político en campaña más o menos salpicado por el asesinato y una familia y unos amigos devastados por la pérdida. Y a partir de ahí, cada personaje tiene su lado oscuro y sus secretos y mentiras. No sigo porque hacer dos chistes sobre Telecinco en el mismo post me parece feo.

Es un buen argumento y está muy bien ambientado, con unos actores muy solventes. A partir de ahí, el problema es que los guionistas son más inconstantes que el estilista de Lady Gaga. Abren subtramas y bocetan secundarios constantemente, para luego dar cierres en falso o simplemente olvidarse de ellos. Por no mencionar que la investigación policial pega unos volantazos tan gordos que se rumorea que Fernando Alonso les echará la culpa de no ganar el mundial.

Por la estética, por el punto de partida y por la misma promoción ("¿Quién mató a Rosie Larsen?") no han faltado las comparaciones con Twin Peaks. Viene a ser lo mismo que comparar Física o química con Community porque ambas suceden en un centro más o menos educativo. Yo siempre he defendido el visionado de la serie de David Lynch como comedia. Como comedia muy negra, pero comedia al fin y al cabo. La muerte de Laura Palmer en realidad era una excusa para introducirnos en el ambiente extraño del pueblo y la decadencia de la trama no la marcó tanto la resolución del asesinato como el hecho de que Lynch abandonara la serie y perdieran el norte. Con otras decisiones de guión, el asesinato de Laura Palmer no habría sido más que un detonante para una serie mucho más profunda que la despensa de Falete.


Con The killing no ocurre lo mismo. Todo se centra tanto en la muerte de Rosie que la resolución de su asesinato desactivará los conflictos o, peor, los desinflará. Tengo entendido que el original danés salva ese obstáculo situando la segunda temporada varios años después y planteando un caso totalmente nuevo. Casi un spin-off de la serie original. La AMC, al contrario, apuesta por dar nuevas piruetas de guión y alargar el caso original, sospecho que hasta que todos los personajes nos caigan mal y ya nos importe poco quién es el auténtico villano.

Y ahora sí que lo dejo, porque sería abusar hacer tres referencias maliciosas a Telecinco.

14.6.11

'Allá tú' con la crisis

Si por algo es conocida Cuatro es por sus programas y reportajes de investigación. Grandes periodistas han jalonado siempre sus redacciones, liderados por indiscutibles firmas como las de Iñaki Gabilondo, Concha García-Campoy, los Manolos... Hombres y mujeres capaces de traernos sobrecogedores documentos bajo la cabecera de sus informativos o de formatos innovadores como REC, de 21 días o de Allá tú.

Cuando una cadena posee el compromiso informativo que ha demostrado Cuatro, especialmente desde la fusión con Telecinco, cualquier espacio es bueno para desenmascarar los entresijos del poder. Alguno creerá que exagero, pero también hay gente que cree que las cosas efectivamente salieron mejor en los ensayos de El hormiguero 2.0.

Les pondré un ejemplo de esta misma semana. Tenía ganas de un poco de realidad servida en crudo y por eso sintoncé la emisión de Allá tú. Encontré una imagen similar a esta:

Un teléfono y una fusta: las herramientas fundamentales de cualquier redactor jefe moderno.

A primera vista está ya claro que pronto se va a producir una revelación periodística de primera magnitud entre el presentador y su invitado. Desconozco el nombre de pila del aguerrido muchachote. Por no darle una denominación genérica que pudiera ofenderle, nos referiremos a él como "Gañán".

Con ese estilo que hace enrojecer a la mismísima Ana Pastor, Vázquez empieza a tirar de la lengua a Gañán. Le pregunta por sus antecedentes y su motivación para acudir al programa. El joven le confiesa que trabaja en el ramo de la construcción, sector gravemente afectado por la crisis como él mismo confirma.

El gran comunicador gallego juega la baza de la empatía con su entrevistado:
Jesús Vázquez: Ay, esa burbuja. ¿Por qué la dejaríamos crecer?

Gañán: Es que quisieron hacer las cosas en dos días y no puede ser.
¡Un momento! ¿A qué se refiere Gañán? ¿Qué quisieron hacer "en dos días"? ¿Qué sabe él que no sepamos nosotros? ¿Es esta la confirmación, tras lo de la reina y Cospedal, de que el Club Bilderberg ha perdido el filtro en los criterios de admisión?

El sagaz Vázquez, sabe que, en cualquier caso, ese comentario no es más que un cebo para periodistas novatos. No se deja de engañar y sigue con su certero interrogatorio:
Jesús Vázquez: Bueno y, si ganas, ¿qué vas a hacer con el dinero? ¿Tienes algo pensado?

Gañán: Lo primero, pegarme unas vacaciones en Punta Cana.
¡A tomar por culo The inside job!

9.6.11

Los 80 se van, que la gente querrá irse a dormir

Hay días que uno tiene que mirar el calendario para estar seguro de por qué década se mueve. Y eso sin profundizar por el TDT.

Me ha pasado esta mañana al ver los pilotos de Teen Wolf y Switched at birth. La primera es una adaptación de una película ochentera protagonizada por Michael J. Fox y estrenada en España bajo el glorioso título: De pelo en pecho. La segunda porque una de las protagonistas es Lea Thompson, la madre de Michael J. Fox en Regreso al futuro. O es mucha casualidad o el bueno de Michael no sé paró quieto ni un segundo en los ochenta. Lo dejo ahí. Mejor.

Lea, demostrando que los maquilladores de Regreso al futuro sabían lo que hacían.

Switched at birth, pueden imaginárselo por el título, va sobre dos adolescentes al nacer fueron entregadas una a la familia de la otra por error. Si ustedes tienen relación habitual con camareros pensarán que pocas veces pasa eso para lo que podría ser.

Como se imaginarán, una familia es rica y otra menos, así que vamos a tener una típica dramedia con la premisa de pez fuera del agua por partida doble. Aunque con un par de giros de guión curiosos que la alejan un poco de Mi gemela es hija única, aquella serie de la que creo que solo me acuerdo yo.

Muy propuesta tipo ABC Family que, por lo que sea, me recordó bastante a 10 razones para odiarte, de la misma cadena. Lo bueno y lo malo es que esto no es una sitcom. Lo malo es por el aire de melodrama en el que se ve venir que pueden caer y revolcarse desde el minuto dos. Lo bueno porque, con todo, hay muy pocos personajes que salgan bien parados del piloto. Casi todos tienen un ramalazo de egoísmo o de mezquindad que hace que la serie pueda llegar a despegar. La gente maja solo funciona en televisión en la teletienda. Y Jordi Hurtado.

Pero vayamos a Teen Wolf. Podría dejar la crítica en lo siguiente: se la han tomado en serio. No sé si me entienden. Se han tomado en serio esta película:

Está en inglés, no encontré el también glorioso doblaje ochentero.

Si ignoramos eso, tenemos lo que ya viene siendo el clásico género de adolescente mezclado con temas más allá de la comprensión humana. Y no me refiero al criterio de algunas chicas a la hora de escoger pareja.

Es como si una productora española hubiera comprado los derechos de la serie y hubiera puesto a Mario Casas de protagonista, dejándose así la partida de presupuesto necesaria para comprar camisetas. Porque sí: hay mucho torso masculino al aire. También hay matón de instituto, tía buena popular, rubia superficial y mala; chica morena y modosita, secundario de descarga cómica, mentor misterioso para el héroe y villanos implacables. Además hay lacrosse en lugar de baloncesto, lo que me hace pensar que no tenían tiempo para rodar bien un deporte que se entendiera.

Scott asimila los cambios de su cuerpo en la bañera. Como todos.

Me falta el referente de Crepúsculo, pero por lo que dicen se da un aire. Y si les digo que me falta ese referente, se irán imaginando que no verán muchos comentarios sobre Teen Wolf por aquí ni por el Twitter. Para ver herejías y faltas de respeto, prefiero a Wyoming.

8.6.11

Cuela K.O.

Reconozco que vi el capítulo piloto de Lights out porque oí en un podcast que en realidad no iba sobre boxeo. Esta serie:


Debe ser como decir que Cheers no es una serie sobre un bar. Puedes decir que no sólo sobre un bar o sólo sobre boxeo, pero negar la evidencia es inútil. Siempre y cuando no seas editorialista de algún medio de derechas.

Resumen para los que no les dé la gana de clicar en el enlace de la primera línea: Lights out enfoca la vida de un antiguo campeón de boxeo y su familia y los problemas derivados de ser un antiguo campeón de boxeo y tener una familia. Ya se pueden imaginar que, efectivamente, hay mucho boxeo y mucha familia.

Me niego a decir que es una serie "de personajes", porque hasta los documentales de bichos de La 2 a mediodía tienen personajes en algún momento. Pero entiéndame que lo que quiero decir es que lo que hace interesante y atractiva la propuesta es la humanidad de sus protagonistas. Engancha la verdad que hay en el personaje de Patrick Lights Leary, sus pequeños gestos, sus reacciones y las de toda su familia.  La peripecia sirve para darles recorrido y los personajes se van haciendo profundos como las zanjas de Madrid cuando había pasta.

En ese sentido, es fundamental la ambientación boxeística. Todos esos clichés que nos han contado tantas veces del chico de barrio que se mete a dar puñetazos en la lona, las mafias, la gloria mal asimilada... son los límites por los que se mueve la acción y no son fácilmente transplantables. No sería lo mismo si Patrick fuera un campeón de marathon o de tiro con arco, por citar dos deportes individuales y de gran éxito entre la muchachada.

En cuanto a la producción de la serie, se nota mucho la mano de FX, la filial de la Fox que la emitió en primer lugar. Tiene el mismo aire que Damages o Justified. ¿Qué tienen las tres en común? ¿Qué tienen en común El programa de Ana Rosa, Palomitas y los informativos de Piqueras? No sabría decirles, pero sí sabría situar los tres en Telecinco aunque los viera por separado.

El mayor problema de la serie es que sufre de un poco de síndrome Perdidos, reconocible por la tendencia a abrir subtramas y luego olvidarse de ellas. También se conoce como síndrome del niño abriendo los regalos en Navidad. Alguno dirá que lo peor de dicho síndrome es quedarte luego jugando sólo con el envoltorio.

En Lights out se apuntan varias posibilidades de desarrollo que luego o no se retoman o se retoman tarde o los guionistas se cansan pronto de ellas. Es curioso como una producción tan serial como ésta acaba teniendo varios capítulos totalmente episódicos. Es lo mismo que pasa en las altas esferas cuando lanzan alertas sanitarias de esas de que se acaba el mundo.

Por último, y teniendo en cuenta que les estoy hablando bien de la serie, quiero subrayar que su mayor acierto ha sido acabar. Una temporada más o menos redonda con un final completamente satisfactorio desde el punto narrativo. Tengo una ex que dice exactamente lo mismo menos un par de palabras. Concretamente creo que son "redonda" y "satisfactorio". Puede que "narrativo" tampoco lo diga.

25.5.11

Orgullo friki 2011

Parece mentira que hace cinco años organizara el Día del Orgullo Friki por primera vez en un pequeño local del centro del Valle de los Gallardones. Y ahora, míralo:


Expandido por otros universos paralelos.

Felicidades a todos los frikis orgullosos. Condolencias a sus familiares y amigos.

11.5.11

Piratas de Telecinco

Supongo que ya habrán gastado todos los chistes sobre la ley Sinde para comentar Piratas, ¿no?

La verdad es que no quiero hacer sangre. Podría meterme con aspectos de producción, pero después de ver que la HBO ha hecho el Muro de Juego de Tronos con un Exín Castillos, creo que es difícil encontrar la autoridad moral para hacerlo. Tampoco podemos olvidar que estamos en España y el mercado potencial da para financiar lo que da. Y digo esto en plena campaña electoral.

Se quejan ustedes de vicio: ellos que han lijado el parqué antes de rodar y todo.

Por lo demás, qué quieren que les diga que no supongan: es una serie sobre piratas con todos los tópicos que se les pasen por la cabeza. Porque así debe ser: no pretende revolucionar el género, sino que se sube al carro de los nuevos tópicos acuñados por... lo saben, ¿no? Todos juntos: ¡Piratas del Caribe!

Conste que a mí me encanta la primera película de la saga, que me parece una reformulación muy divertida del género. Para la segunda y la tercera, me remito a Ken Levine.

Parece ser que no soy el único al que le gusta La maldición de La Perla Negra y que algún directivo pensó que si a alguien le ha gustado la película, ¿para qué arriesgarse cambiando cosas? Si eso añadir subtramas de culebrón de época, que gustan mucho y nos ayudan a llegar a los inevitables 80 minutos de duración. Algún psicoanalista debería mirarles esto de la duración.

Hay tantos fans de la saga de piratas de Disney que incluso se les ha colado uno como personaje. Porque no es que el canalla que interpreta Óscar Jaenada se parezca demasiado a Jack Sparrow, es que, como comenté en Twitter, se nota que juega con ventaja porque ha visto Piratas del Caribe. ¿De qué si no conoce las leyes piratas?


Si consigue escapar de la trampa de comparaciones en que se ha metido (muy peligrosa a una semana del estreno de En mareas misteriosas) puede llegar a ser una serie entretenida y fácil de ver. Que es quizá lo que prometía: entretenimiento sin complicaciones, a lo Águila Roja o Intereconomía.

También prometía cacha de Pilar Rubio y lo cumple desde el primer episodio. Quizá la sorpresa ha sido que nos la esperábamos mucho peor actriz y soporta el nivel de muchas otras a por las que no vamos tan a saco. Me refiero como críticos. No me entiendan mal, ¿eh? Como críticos.

Pero si no son capaces de ofrecer otro reclamo, tienen una dura competencia con Internet. Y las páginas a las que me refiero ahora no son esas por las que se preocupa la ley Sinde.

9.5.11

La Hache estuvo muda

¡Pero cómo me gusta titular como si escribiera para un periódico deportivo!

Los de La Sexta nos han hecho trampa. Nos han colado la emisión de este domingo de Con hache de Eva como si fuera la primera de este programa y no es verdad. Porque al llevar de entrevistado al presidente del Gobierno, lo que algún día serán las rutinas del programa quedaron suspendidas como la ortografía en Tuenti: que sí, que hay algo parecido, pero no es lo mismo.

La verborrea de Zapatero es tan agotadora como adormecedora y creo que dejó a la pobre Eva Hache en trance. De hecho, la enfocan tan pocas veces que sospecho que cabeceaba. Se pagó la novatada al no prever que sería conveniente la intervención de colaboradores en esta entrevista y al pecar de exceso de buena educación a la hora de cortar más al invitado para ganar dinamismo. En un momento dado, la presentadora pareció darse cuenta y empezó a alejar a Zapatero de su discurso político y a manejar preguntas más ágiles. Entendiendo que "ágil" tiene la misma acepción en una charla con ZP que en una conversación con un ent. 

 
La entrevista con Zapatero fue un sueño para Eva Hache. Un sueñaco, para ser exactos.

En cualquier caso, en injusto juzgar Con hache de Eva por ese primer tramo, tan excepcional. En realidad, el programa empezó a presentarse a sí mismo en la segunda parte, con la entrevista a Martina Klein. Ahí pudimos ver de verdad el estilo de entrevista que se busca, las interacciones con los colaboradores, etc. Tiene buena pinta. Clásica, en el buen sentido de la palabra, que no todo tiene que ser trasgresión, caramba. Han sido inevitables las comparaciones con La noche con Fuentes, lo que para entendernos, es como ver Informativos Telecinco y acusarles de ser una copia del Telediario.

Tenemos entre manos un talk-show canónico con un equipo potente y con grandes posibilidades. Para aprovecharlas, sugeriría en primer lugar que todo el equipo se relaje y haga más labor de escucha. Son cómicos demasiado brillantes para caer en la trampa de hacer un monólogo rebotado en el invitado. Para eso ya están las tertulias políticas.

La mayor crítica que le puedo hacer es que el decorado no pase de ser El club de la comedia con chorreras. No es sólo que me despiste, sino que pasa como con aquel Periodistas F.C., que resta credibilidad a la apuesta no dotarla de una imagen propia e independiente. Lo mismo que le ha pasado a los hijos de la familia Ruiz-Mateos.

6.5.11

Uno más uno son Buenagente

El final de temporada de Fringe en Estados Unidos debe estar causando tsunamis cuánticos que están afectando al continuo espacio-temporal de varios universos paralelos. Paralelos escrito junto, ¿eh? No empecemos.

Concretamente, nuestra realidad se ha visto alterada por el contacto con otra en el que Globomedia no fue creada hasta hace apenas unos meses. Allí nunca han visto Médico de familia y por tanto Enrique Simón es el presidente de La Cuarta (prefiero no pasar a explicarles todo lo que ocurrió allí con la guerra del fútbol). Por supuesto, Siete vidas y Los Serrano permanecieron en un cajón como un proyecto de sitcom de 30 minutos y una dramedia sin abuelos y con pocos niños.

¿Por qué digo esto? Porque solo un evento cuántico me explicaría a mí que en la misma semana nos cuelen una nueva versión de la mencionada Siete vidas y lo que con poco más podría ser un spin-off del sueño más famoso desde que a Luther King le despertaron por las bravas.

Por si no lo han adivinado, y miren que se lo he puesto fácil con el título del post, me refiero a Buenagente. Nunca fui seguidor de la serie de Resines, pero en el nuevo personaje de Antonio Molero me parece que se reconoce perfectamente al Fiti que veía en los zappings. Además hay un bar regentado por uno de los miembros del sector masculino, vecinas cotillas, amigotes... Aunque el detonante es ahora una separación en lugar de una boda, por lo demás el esquema me parece idénticamente igual, fotocopia en color. El color se nota sobre todo en la decoración de las casas, entiéndanme.

O la foto es muy buena o las tramas son más simples que un giro argumental de Pocoyó.

A nivel creativo, por tanto, seguramente podríamos liarnos a hacer las críticas de siempre. Pero lo cierto es que con Buenagente La Sexta se ha anotado más de un 9% de cuota. La misma noche en que se estrenaba Supervivientes con Kiko Rivera, acercándose mucho a los datos de Física o Química, por lo que industrialmente se ve que ha sido un aciertazo.

Así que voy a limitarme a reconocer que no soy target y que a lo mejor el raro soy yo. Y a alegrarme una vez más de haberme comprado el cofre de El ala oeste.

5.5.11

Black Books, la serie que no vería AR

Cualquier excusa es buena para sacar a la luz una reliquia inglesa. Y no lo digo por la presencia de la reina de Inglaterra en la boda de su nieto. Hace unos meses estaba de vinos con La Fallera Cósmica elucubrando sobre librerías, que para ambos han sido en algún momento el lugar donde pasar la resaca del domingo y cobrar por ello. De repente me dijo: "¿conoces Black books?". "Hum...", medité yo, "¿vale Sabor a hiel?".

Pero no, resulta que Black books es una comedia del Channel 4 inglés sobre una pequeña librería. La Fallera se pasó varias horas jactándose de conocer una serie de la que yo no había oído hablar, así que no tuve más remedio que inventarme algunas para quedar por encima. Creo que es el método de algunos directivos para diseñar las estrategias de ficción en algunas cadenas.

La serie se estrenó en 2000 y duró tres temporadas. Temporadas inglesas, ojo: un total de 18 capítulos. Tardan menos que en ver todo lo que tiene que ofrecer Salvamé un viernes cualquiera. Con la diferencia de que Black books es de las series con las que más me he reído. Noten que el matiz está en el "con". El punto de partida, como les decía más arriba, es una librería, su dueño, su empleado y compañero de piso y la vecina esquizofrénica. Dicho así, les podía haber salido Farmacia de guardia.

La diferencia está en la acidez y el absurdo. Bernard Black es un borracho misántropo capaz de vender libros mutilados al que le intenta regatear. Manny es todo lo contrario: un optimista irredento capaz de acabar ejerciendo de policía por no llevar la contraria. Y Fran es el punto intermedio entre ambos que no duda en engañar a un maestro de música ciego con tal de no quedar mal. Siempre he creído que es un capítulo basado en la vida real de Álex Ubago.

 Manny usando técnicas vistas en la fnuck. Aunque allí no lo hacen para vender los libros.

Si se fijan, es una especie de Seinfeld si hubiera caído en la marmita del absurdo de pequeño. El capítulo en el que dos personajes se esconden debajo de la mesa de un restaurante y tienen allí otra mini barra con camarero da la muestra del tipo de humor.

El guión funciona por lo absurdo, pero también por los actores. A Tamsin Grieg la conocía de ser la guionista snob de Episodes, así que mis grandes descubrimientos han sido Dylan Moran y Bill Bailey. Sin la gestualidad y el aspecto del segundo, la serie se queda en la mitad. Les recomiendo buscar por YouTube stand-ups de los dos, porque no tienen desperdicio.


Les dejo, que he quedado para dejarle la serie a La Fallera Cósmica, que me la ha pedido porque todavía no la ha visto.

Creo que le he enseñado ya demasiado sobre crítica televisiva.

Thorpeza*

Soy lector de comics desde hace un par de décadas. Bueno, hace bastante que perdí el hábito como tal, pero, ¡ey!, vengador una vez, vengador siempre.

Si no ha pillado la referencia, enhorabuena, ya sabe lo que siente el espectador medio de Thor, el último capítulo estrenado hasta la fecha de la larga serie de precuelas que Marvel le ha montado al super-hype de Los Vengadores. Porque se habla tan superficialmente de Asgard y los asgardianos que parece que los guionistas sean candidatos a las municipales de allí.

Cuidadín, que se me escapan algunos spoilers a partir de este punto

La película es en sí entretenida, con buena producción y con buenos actores. Hubiera estado bien que también hubieran cogido un buen actor como protagonista, pero bien jugado lo de poner a Natalie Portman para tenerme distraído.

Quizá no se han dado cuenta, pero le acabo de meter un collejón tremendo a la película: ¿entretenida? ¿Una película basada en una saga nórdica que inspiró a Wagner -¡a Wagner!- en su tetralogía del Nibelungo y no paso de "entretenida"? Es como si dices de Salvamé que por lo menos algo se aprende.

"Ay, si nos viera Richard ahora. Como recién sacados del autolavado"

Pero ahí está la cosa: es entretenida, no molesta, pero le falta épica. Thor es una especie de adolescente de los que le roban el coche a su papá y el castigo de Odín está a la altura de mandarle a su habitación. La apuesta más alta de la película es la posible destrucción del planeta ¡de los malos! Si ni siquiera tener la decencia de enseñarnos a algún bebé malvado o señora de malvado. Así es más fácil tener empatía por uno de los adolescentes de Hermano mayor.

Mi conclusión es que lo mejor de la película es la escena que sale después de los créditos. Los de Marvel se están convirtiendo en una productora de tráilers buenísima.


*Thor da un poquito de pereza. ¿Lo pillan? Ya. Normal.

3.5.11

Los clon

El lunes 2 de mayo, los ciudadanos de Madrid y alguna que otra comunidad autónoma experimentamos lo que en Fringe llamarían un enlace cuántico (o como quieran traducirlo ese día los amigos de Subtitulos.es). Durante unas horas, pudimos saber lo que sienten en un universo alternativo en el que en lugar de lunes festivo era domingo y como tal, sus habitantes podían ver Aída en la tele. Solo que en lugar de ponerla en Telecinco, la ponían en Antena 3 y se titulaba Los Quién.

Julián López y Fernando Gil se divierten viendo la grabación del día mientras Javier Cámara piensa: "¿esta serie no la he hecho yo antes?"

Creo que esta es la crítica más dura que se le puede hacer a Los Quién. Porque lo de quejarnos de sitcoms de ¡dos horas! de duración ya me parece más repetitivo que los esquemas de las teleseries españolas.

Lo cierto es que fueron dos horas, pero divididas en dos capítulos. Luego me quejo de vicio, ya que en realidad es una sitcom de una hora. Exagerado soy. Menos mal que soy un tipo paciente y me quedé al segundo, porque la primera parte del primer episodio fue de echarse a temblar, con esos diálogos que en las clases de guión nos enseñan a evitar como una inspección fiscal cuando eres freelance. Eso también nos lo enseñan, sí.

Me refiero a esas líneas de guión en las que un personaje le explica a otro cosas que ya sabe. Como si un general hubiera entrado al despacho oval y hubiera dicho: "señor presidente Obama, ¿está usted satisfecho con nuestro trabajo, consistente en cargarnos a Bin Laden y tirarlo al mar, siguiendo su orden de no traerle aquí ni muerto". No sé si me explico. Porque ellos se explican tanto que a veces piensa uno que es necesario.

Por acabar de darle caña al guión, tengo que decir que me sorprendieron y parecieron muy arriesgados todos esos chistes "de época" que se colaron en el texto. Son la clásica marca de la casa de las sitcom de Globomedia, solo que cambiando a Falete por, digamos, Cristina Almeida. A mí me pueden hacer gracia, pero me llamó la atención que se arriesguen así a perder parte de su público objetivo. Porque los más jóvenes que de los ochenta solo conocen los cuatro tópicos con los que les llevamos taladrando los treintañeros con nostalgia precoz y las marcas de refrescos desde que cambiamos de siglo. Vi más de esto en el primer capítulo que en el segundo, así que supongo que alguien les dio un toque.

Por lo demás, nada que no hayamos visto antes: adolescentes, abuelas con mala leche, tensión sexual no resuelta y muchos chistes de diálogo por minuto, como corresponde a una serie para televisión generalista de Nacho G. Velilla. Los nostálgicos de Siete vidas pensarán que por fin ha llegado la séptima. Yo creo que las otras seis vidas fueron gastándolas en los continuos cambios de reparto de la encarnación de Telecinco.

Los actores bien, en su papel un pelín sobreactuado propio de sitcom que ser irá ajustando a medida que se desarrollen sus personajes y la serie se estabilice. Javier Cámara vuelve a hacer lo que mejor le sale y Julián López se confirma como el mejor secundario cómico que tenemos en este país, en detrimento del esforzado Pepe Blanco.

Para los que luego dicen que no me mojo, resumo: me ha parecido una sitcom digna para el panorama actual con todo lo bueno y malo que tiene eso. Ganaría muchísimo dejándola en la duración que tiene que tener una sitcom, pero temo que es una batalla perdida mientras la televisión española la siga controlando Walternative.

29.4.11

Los tronos para jugar, mejor con pilas

Mi pedantería se ve siempre aplacada por mi mala memoria, así que no sé decirles con certeza si fue Hitchcock o Kubrick (o un tercero) quien dijo algo así como que las buenas películas solo pueden salir de novelas mediocres. Como habrán imaginado, hoy hablaremos de Juego de tronos y digo esto por delante por si los fans de G. R. R. Martin quieren ir directamente a la sección de comentarios a insultarme, por ahorrarles tiempo.

Pero antes de rajar de las novelas y empezar a perder seguidores (a este paso le deberé seguidores al Universo), vayamos a la serie como tal. Para el que ande despistado, Juego de tronos es la primera parte de Canción de hielo y fuego, una especie de culebrón ambientado en un mundo fantástico. Las comparaciones con Tolkien son inevitables, pero también lo es acabar cantando Pimpinela en un karaoke y eso no significa que esté bien. Si nos abstraemos de la ambientación, tiene menos que ver con El señor de los anillos que con Gran reserva.

Hablando de la ambientación, me ha decepcionado un poquito la producción. En algunos decorados se nota tanto el cartón piedra que parece que en cualquier momento van a entrar por ahí los náufragos de Perdidos o que van a desayunar en una mesa cargadita de product placement. Supongo que ni la todopoderosa HBO es capaz de esquivar la crisis, pero con el tono de realidad sucia que le han querido dar, chirría más que Mourinho presentando Los lunnis.

 "No pongáis esa cara, os lo explico otra vez: cuando para la música, os sentáis en el trono que haya más cerca"


Marca de la cadena en positivo es la solvencia y lo acertado del reparto, así, en general. En este sentido se los zampa a todos por las paticas el bueno de Peter Dinklage, al que tenéis la obligación moral de ver en Vías cruzadas. El resto están a la altura de los papeles, ya veremos si esto es bueno o malo. También quiero destacar a Jason Momoa, que se lo tuvo que pasar pipa haciendo de Khal Drogo. Papelón.

En lo que más se nota que es una serie de la HBO es en el ritmo. Se toma su tiempo para presentar a los personajes y en los dos primeros capítulos hay mucho más de descripción que de avance de la trama. Sin exagerar tampoco: quizá porque yo me he leído la novela, pero me da la impresión de que no es The wire, en el sentido de que en los guiones de David Simon llegas al cuarto capítulo sin saber quién es quién y de qué va la historia de verdad. Si llegas al cuarto.

Precisamente en el tempo es donde se nota la ventaja de la adaptación sobre el original literario. O yo recuerdo mal o la serie se salta cosas o pasa por ellas muy por encima. No cae en la tentación de recordarnos una y otra vez que es un mundo imaginario y, siendo como es descriptiva, no es autocomplaciente. El subtexto es: "estos son mis personajes y este es su mundo, ya verás lo que les va a pasar". En la novela, Martin parece decirnos: "estos son mis personajes y este es su mundo. ¿A que molan? Son superprofundos y complejos. Ya veréis lo que les va a pasar, que va a ser... ufff... ya veréis ya. Pero luego. Porque antes tenéis que reconocer que mis personajes son superprofundos y complejos. ¡Arrodillaos, puercos!".

Todo esto me recuerda a un amigo del instituto al que recomendé la lectura de El señor de los anillos. Todavía parecía una misión imposible, pero él me contestó que esperaría a que hicieran la película. Le decía lo mismo a los profesores cuando le decían que estudiara, no crean. Cuando Peter Jackson estrenó La comunidad del anillo me llamó y me dijo: "¿ves?".

Y si el tipo ahora es ingeniero, será por algo.

Bueno, por la pasta.

28.4.11

Perracos

Empiezo con una confesión: soy ese tipo de personas capaces de ver una serie solo porque es inglesa. Creo que es el mismo criterio que tiene últimamente Carlos de Inglaterra para las mujeres.

El último arrebato de este tipo que he tenido ha sido Mad dogs. Os voy a enseñar una foto y solo os diré que transcurre en una isla para que os vayáis haciendo una idea:

 
Pero ahora os digo que la isla es Mallorca, que los cuatro personajes son ingleses y os pongo otra foto:



Podría pasarme así toda la tarde, porque por una parte la serie es lo que los propios ingleses llamarían una misdirection constante y por otra es muy fácil dar una idea equivocada de algo eligiendo ciertas fotos y dando lugar a ciertos sobreentendidos. Esto lo sabe muy bien la gente que liga por Internet y también los responsables de marketing de muchas distribuidoras de cine y cadenas televisivas de este país. Siempre recordaré al figura que decidió vender Burn notice como un remake de El superagente 86.

Como os decía, Mad dogs da bandazos constantes, pero en el buen sentido. No quiero adelantarles nada para que, si se animan, disfruten de las sorpresas pero empieza como una especie de melodrama de reencuentros de mediana edad, gira hacia el género negro, da una pirueta hacia el humor y vuelve al drama sin picar un billete nuevo. Como la vida de una colaboradora de programa del corazón, pero bien interpretada.

Muy bien interpretada. Yo no sé qué desayunan en Inglaterra para tener esas dentaduras tan feas y esos actores tan buenos, pero tiene que ser algo muy potente. El reparto de Mad dogs está encabezado por Philip Glenister, John Simm y Ben Chaplin, entre otros. Los dos primeros les pueden sonar Life on Mars (y si no les suenan de eso, ya pueden ir a hacerse con ella) y para que me entiendan los futboleros, verles de nuevo juntos es como un Madrid-Barça, pero menos frecuente.

¡Pero es que a partir del segundo capítulo sale María Botto! Sé que tengo debilidad por esta actriz, pero yo les desafío a verla y no pensar lo bien que quedaría el personaje con su propia serie, actualizando Colombo. Espero que nadie haya pensado en Los misterios de Laura. No ahora, en general.

Si me limito a enumerar actores sin ser más descriptivo o valorativo, entenderán que hacerlo sería insultante. Tampoco sería capaces de destacarles nada del resto de elementos por lo bien que funcionan todos: la fotografía transmite perfectamente el calor agobiante de Mallorca en verano, la música está tan bien elegida y situada como en cualquier serie inglesa, etc.

El único pero que le podemos encontrar es el final de la trama principal, algo precipitado. Pero me temo que a los guionistas les daba igual. Si series como Perdidos decimos que son de personajes y algunos tuercen el gesto, en esta ocasión no nos lo podrán negar. Mad dogs se trata de poner a prueba la supervivencia de unos amigos de toda la vida que se van de vacaciones. Y luego enfrentarles a peligros externos.

Porque, no nos equivoquemos, la trama de género negro solo está ahí para acelerar las cosas y que la historia pueda contarse en tres horas. Para todo lo demás, prueben a irse con sus amigos unos días a la playa o a una casa rural y me lo cuentan.

Si vuelven.

27.4.11

Un Diso verdadero

A mí me encantan las vacaciones de Semana Santa, aunque me da rabia la connotación religiosa que tienen, así que lo abrevio llamándolas las SS. Y suelo aprovechar las SS para conocer lugares nuevos. Hasta aquí, todo como Hitler.

Por esta extraña conexión germana, las últimas SS las pasé en Mallorca, donde aprendí muchas cosas. Por ejemplo, que en el fondo todas las islas tienen algo en común y que el gentilicio de la gente de Palma es "palmesanos", término que explica por qué en el archipiélago no hay ningún chino regentando un italiano.

El caso es que me puse a hacer turismo y en estos casos siempre me pasa como a San Pablo: en cuanto me voy de viaje, por lo que sea pierdo la cabeza y acabo metido en una iglesia.

Era una de esas iglesias que, por las fechas, tenía dentro más pasos que las instrucciones de un mueble de Ikea. Entre ellos encontré algo que me llamó la atención. Esto:


Tremendo susto, porque al principio pensé que podría ser un alienígena. No un alienígena de verdad, entiéndanme, sino una especie de figurilla de coleccionista. Pero me extrañaba mucho que en una iglesia precisamente fueran a poner estatuas de personajes ficticios.

¿Entonces? ¿Era una simple estufa? ¿Una estufa justo delante del altar, rodeada por representaciones de santos a punto de salir en procesión? Entonce me acerqué y por fin lo entendí todo: 


Una representación de lo trascendente actualizada para creyentes fumadores.

11.4.11

Nivel de vida

Cuando era pequeño, mis padres querían que fuera médico. "Tendrás un buen nivel de vida", me decían.

Y yo pensaba que eso depende de la especialidad, porque los únicos que se me ocurre que pueden tener un buen nivel de vida son los forenses.


Y en todo caso seguro que también se apañan con un nivel normalito de ferretería.

6.3.11

Los ajustes van a la oficina

Tenía dos buenas razones para ver Destino oculto (The adjustment bureau). Estoy seguro de que con una pista las adivinarán ustedes:


¡Exacto! Mi debilidad por Emily Blunt y que el guión está basado en un relato de Philip K. Dick, ambas cosas. Cómo conocen ustedes mi gusto por la ciencia ficción, ladrones.

Lo conocen ustedes mucho mejor que George Nolfi, guionista y director de la película, que ha cogido una interesante propuesta de Dick para convertirla en una mezcla de comedia romántica y panfleto new age. Figúrense que si resumo el argumento de la cinta, les tengo que decir que va sobre un político que se enamora de una chica y unos misteriosos personajes que tratan de mantenerlos separados, obligando al protagonista a aceptar el camino predestinado o a luchar por escribir su propio futuro. Si me preguntan por el relato en el que "se basa" Nolfi, les diría más bien que por error, un gris oficinista descubre al equipo encargado de mantener la realidad por el camino correcto, deteniendo su trascurso para ajustarla si es necesario. Acostúmbrense a este tipo de diferencias, que va a haber una versión española de The walking dead.

Tenemos que reconocer que como producto palomitero, Destino oculto funciona correctamente. Sin alardes, pero con un buen ritmo, unos protagonistas guapos y que defienden con soltura sus papeles (sí, Matt Damon también), secundarios, de lujo algunos, para aportar algo de empaque, efectos especiales  resultones... Pero a base de intentar dar brochazos metafísicos, se desvirtúa el resutado final y se queda un relato superficial y vacío y al que la etiqueta "ciencia ficción" solo se le puede asignar en un ejercicio de ironía a la altura del eslogan "tu cadena amiga".

Porque la película no llega a decir la palabra "Dios" en ningún momento, pero tampoco escatima en guiños, codazos y letras de neón para que nos demos cuenta de a quién se refiere cuando habla del "Director" y la naturaleza de los miembros del equipo de ajuste. Dick, mucho más elegante e interesante, deja a los lectores de su cuento que saquen sus propias conclusiones, si quieren, y no les obliga a que sean de carácter religioso, lo que dota a su relato de mayor universalidad.

Casi que prefiero no hablar de la traducción del título. ¿Tan bien funcionan las películas de Antena 3 a mediodía? Alguien debió pensar: "¿la oficina de ajustes? Nuestro público es imbécil, seguro que piensan que es un documental sobre el gabinete de Zapatero". Mucho mejor que los espectadores cran que algún loco está proyectando en cines una película de Tori Spelling.

Si quieren ustedes ver hora y media de guapos corriendo y coqueteando y coincide que en ese momento no hacen Los vigilantes de la playa en ningún rincón de su TDT, pueden optar por Destino oculto. Ahora, en el mismo tiempo se pueden leer Equipo de ajuste, publicado por Minotauro, meditar sobre él y esperar mientras tanto a que asomen Mitch Buchannon y sus chicos por las playas de Malibú. Y asomarán.

Es el destino.

2.2.11

El día que la Coixet me emocionó

Lo cierto es que no es la primera vez que ocurre. Pero las emociones que provocó en mí A los que aman no son del mismo palo que las del la tribuna de hoy de Isabel Coixet en El País: Si estás muerto, ¿por qué bailas?

 El cartel de A los que aman les salió de culo. Marketing coherente.

Sin embargo, ambos casos tienen un importante punto en común: la autocrítica. Porque por aquella película pidió perdón y la tesis del texto es que el cine actual está haciendo las cosas mal. Ojo, en todo el mundo. Que somos unos chovinistas de las cosas mal hechas.

El artículo me ha hecho sentir viejuno y nostálgico de la emoción de ir a una sala de cine. Si escribiera esto con una copa de vino delante, tendría asegurado un trabajo en Intereconomía. Coixet menciona la falta de motivación de algunos a la hora de buscar una excusa para hundirnos en la penumbra de una sala de cine. Sobre todo desde que hay coches y probadores mixtos en El Corte Inglés.

Yo me encuentro entre los desmotivados. Salvo honrosas excepciones, la sensación es que, en vez de pagar una entrada a la semana o dos, por aquello de tener con quién comentar de camino a casa y por aquello de que te dejen volver a esa casa... En lugar de esos gastos, digo, resulta más económica la cuota de Digital +. Y la de Internet no digamos. Por no mencionar las emisiones de la TDT, con sus canales de audio duales y sus subtítulos incorporados para los más tiquismiquis.

Quiero quedarme con este punto de la reflexión de Coixet. Acudir a una sala de cine se ha convertido en un producto "premium" con muy poco valor añadido y con tantos inconvenientes como entradas vendidas para la misma sesión a la que tú acudes. Hace poco lo dije en Twitter: "iría más gente al cine si no fuera por la gente que va al cine". Ahora me cito a mí mismo... en serio, ¿por qué aún no tengo mi propio programa de televisión?

No estoy en contra de las subvenciones a la cinematografía, de igual forma que no estoy en contra de apoyar económicamente cualquier otra iniciativa empresarial. Sin embargo cada día parece más claro que están mal planteadas. Financiar una película que va a acabar ajena a su público en un almacén llena de polvo (por fuera y, según mi abuela, también por dentro), no le sirve a nadie que no sea un productor parásito del sistema de ayudas. Será inútil a su equipo artístico que no tendrá un escaparate para su trabajo que le abra las puertas del siguiente, especialmente cuando la industria sigue viendo cualquier ventana de exhibición ajena a las clásicas como un enemigo. Y desde luego será un derroche para nosotros los contribuyentes, productores asociados anónimos que vemos cómo nuestra inversión no tiene retorno alguno: ni económico, ni social, ni cultural.

Indiana Jones 4 empezaba en el almacén de la Academia de Cine. Lo cambiaron por un tema de derechos de autor, claro.

Según el Ministerio de Cultura, el año pasado se estrenaron 132 películas españolas, lo que, por cierto, significa que se rodaron muchas más. Con suerte, un espectador normal sería capaz de mencionar una docena, aproximadamente. ¿Qué pasa con el resto? Desconocemos incluso la existencia de cintas que podrían ser nuestro thriller favorito o comedias que acaso contienen la línea más graciosa que hemos oído en nuestras vidas. También de bodrios, claro. Pero defiendo que cada película debe juzgarse individualmente, sin tener en cuenta su país de procedencia. Los que esgrimen la superioridad del cine americano ciegamente no tienen en cuenta el volumen de producción al que se refieren. Imaginen que si aquí llegan películas como las de Antena 3 a mediodía, lo que se queda al otro lado del Atlántico haría buena a la peor de las españoladas, entendidas como género, no como nacionalidad de origen de una película.

Les recuerdo que el "cine español" no es un género, sino un conjunto heterogéneo. Es injusto meter en el mismo saco a Balada triste de trompeta, Tres metros sobre el cielo, No controles y Campamento Flipy. Y eso que Garci no estrenó nada el año pasado. Quizá un pijama de franela.

Lo que quiero decir es que tenemos que seguir financiando la creación de películas, porque si no hay producto, no hay discusión posible. Pero es necesario que hagamos más incidencia en enseñar y ayudar a los productores a vender sus películas. A motivarnos. Que si los espectadores no secundamos un estreno no sea porque lo desconocemos. Me niego a creer que Ángel o demonio pueda batirse cara a cara en audiencias con el estreno en abierto de La jungla 4.0 y que esos mismos espectadores rechacen de plano las propuestas nacionales para la pantalla grande. Salvo que sólo sepan de los estrenos de Don Mendo Rock o La venganza de Ira Vamp.

Por encima de todo, tenemos que llevar a los espectadores a las salas. Eso lo conseguiremos con películas interesantes y atractivas, claro, pero también incentivando el consumo. Hay que echar una mano a los exhibidores, aunque sea al cuello. Porque los precios de las entradas me recuerdan a la clásica actitud de "como vendo poco, voy a subir el precio" que tan buenos réditos ha dado a la industria musical y al bar de torreznos que acaban de cerrar en mi barrio.

Algo falla en unas subvenciones que a menudo sirven para sufragar la compra de entradas en taquilla para que la película llegue al mínimo necesario para ser acreedora de subvenciones. Y mientras Alemania se lleva a nuestros ingenieros, Hollywood reclama cada vez más a esos creadores españoles que hacen películas que no le interesan a nadie. O eso dicen los mismos que le dan un programa de cine a Juan Manuel de Prada. Entre otros.

24.1.11

Prueba de la reencarnación

Amigos del misterio y, ¿por qué no decirlo?, amigos también de cosa arcana o muy recóndita, que no se puede comprender o explicar, del latín mysterĭum, y este del griego μυστήριον. Ante todo, quiero protestar por esas acusaciones hacia los medios que tratamos lo oculto de que la mitad de lo que hacemos es relleno, en su quinta acepción según la RAE: conjunto de cosas con que se acaba de llenar algo en que los objetos contenidos han dejado huecos, para asegurar aquellos, adornarlos o complementarlos.

Ridículo. Si saben lo que les conviene, evitarán cruzarse conmigo, especialmente ahora que tengo una nueva Power Balance. Que por cierto, me alegro de no tener que explicar más que no se trata de un aparato para comparar los pesos de Falete y Mariah Carey.

Dicho esto, quiero presentaros una prueba de que la reencarnación es un hecho científicamente demostrable. Tengo una prueba irrefutable, que os pego a continuación. Acabo de obtenerla y ya os la traigo. Esto es periodismo y no lo que hacen esos mindundis de Science que pierden meses en hacer comprobaciones antes de publicar algo como cierto. Menos mal que cada vez hay menos autodenominados periodistas con estas terribles costumbres.

La prueba es la siguiente:


Esta fotografía no sólo demuestra que la reencarnación existe; también que ahora soy el dueño legal de David Carradine.

Me quedaría a alimentar el debate, pero tengo que cambiarle la arena a Bill.