El caso es que la "versión de Cuatro" se ha empezado a emitir por fin en Telecinco. Se titula Punta Escarlata y tengo que decir que es bastante satisfactoria y que, por suerte, no creo que tenga mucho que ver con el supuesto original. Por si alguien anda despistado, la cosa va de la desaparición de dos niñas en un pueblo hace unos cuantos años. El caso está cerrado hasta que otra niña de repente atraviesa medio país para, sin saber muy bien por qué, señalar el lugar donde están enterrados los cadáveres. A partir de ahí, policías que quieren atrapar al asesino en un pueblo más lleno de sospechosos que uno de esos que organizan excursiones para ver Salvamé.
El género es una especie de thriller con toques de paranormal. Lo más sobrenatural de todo sería el casting de Antonio Hortelano, eso sí. Me gusta sobre todo que se apueste por series de este corte en España, que se produzca para un público adulto y que podamos ver series sin niños y abuelos. Aunque los hay, al menos no protagonizan un trama impuesta por algún genio del marketing de antena. Pueden cambiar la palabra "genio" por cualquier otra que les guste como "muceta" o "Godzilla".
"No, no: tu compañero de reparto no es el de la camilla, es el del pelo largo".
Lo importante es que la intriga está más o menos bien dosificada. El "más o menos" le viene de mi clásica queja con las series españolas. Todos juntos: ¡dura demasiado! Con 90 minutos por episodio, los guionistas tienen claro donde tienen que acabar el capítulo para dejarlo en alto, pero están obligados a rellenar por el camino con momentos que apenas parecen aportar algo al desarrollo real de las cosas. Lo que en política vendrían a ser las elecciones generales.
En el lado negativo no voy a hablar de algunos miembros del reparto porque no me gusta decir obviedades, así que voy a quejarme de la web de Telecinco, concebida bajo la premisa de "si no lo veis en la tele, pagaréis por ello". Pagaréis porque hay una opción para ver el capítulo en HD abonando 1,06 euros, lo que me parece una barbaridad para un capítulo de una serie ya estrenado. Por 40 céntimos más te puedes adelantar al estreno del siguiente, más razonable porque ya estaríamos hablando de adicciones y los vicios se pagan. Por más que algunos famosos cobren por ellos.
La opción de visionado normal es "gratuita"entendiendo por tal que no entregas dinero, pero que te expones a que te corten el capítulo cuando les dé la gana para cascarte un anuncio. En mi caso, siempre el mismo, de un helado que ya no probaré por principio, y con un criterio de corte que sonrojaría al equipo de continuidad de Antena 3.
Como si la competencia en Internet siguieran siendo otras cadenas sin pudor a la hora de mutilar, cuando en este caso la competencia serían las webs de descarga directa, los torrents o, qué demonios, los fabricantes de aparatos de grabación. Entiendo que tenga que "pagar" con un visionado de publicidad que me hagas el favor de tener el capítulo que me perdí disponible, pero una cosa es cobro y otra castigo y humillación. ¿Se habrán creído que son un banco?