6.4.10

Mamen y las gallin(ej)as

Amo a Mamen Mendizábal un poquito menos que a Tina Fey. Y desde mucho antes de que saliera en la tele, pequeños arribistas catódicos. Entiéndan (sobre todo Mamen) que por eso observo que no me gusta Debate: al límite con gran dolor de mi corazón mientras considero a Xavier Horcajo y Sáenz de Buruaga grandes maestros del humor contemporáneo.

El mismo lunes que se estrenaba el programa de debates de La Sexta, Antonio 3G titulaba una entrevista a su presentadora con un rotundo entrecomillado: "Algunos debates políticos se han convertido en gallineros". Que es como decir: “a algunos coprófagos les huele mal el aliento“. Y es que, amigos míos, la materia prima puede ser determinante.

Voy a empezar diciendo algo bueno de los programadores de La Sexta aprovechando que ya no estoy en Público: han tenido una buena idea. Un programa barato que, en principio, debería crear una buena sinergia con unos noticieros al alza. Lástima que no se hayan dado cuenta de que a esas horas de la sobremesa, su espacio de opinión coincide con los de las demás cadenas, dónde se conocen como “informativos”. Cosas del marketing.

Tampoco ayuda el punto de partida de Debate: al límite. El máximo de cinco minutos para disertar sobre cuatro o cinco temas difícilmente será bastante tiempo como para presentar unos argumentos claros y contundentes. Salvo que seas el agente de Megan Fox.

Otro lastre con el que han contado en el primer programa ha sido la selección de contertulios, con perdón. Primero por su floreado uso del “y tú más”, que les dejaría más o menos al nivel argumentativo de un niño de primaria. Lo que pasa es que los escolares (dicho sea como condición de estudiante, no como tertuliano que debuta en el espacio este martes), saben respetar el turno de intervención o al menos saben que no pueden hablar sin levantar la mano antes. Los fanes de Salvamé están encantados: primero Telecinco lo alarga por detrás y luego LaSexta por delante.

La realización está muy bien, oigan

No puedo acabar sin poner un punto, pero antes quiero anotar otra cosa: la polarización, que no tiene nada que ver con el cambio climático. En el estreno de Debate: al límite teníamos dos representantes del PSOE, uno del PP y a Ignacio Villa, por la COPE. Si este último no venía como apoderado del ideario de alguna formación minoritaria, en cuyo caso prefiero no dar siglas, seguimos con la política de péndulo, oscilando entre socialistas y populares como quien se mueve entre chochos y altramuces. El orden de la comparación ha sido aleatorio, créanme.

El formato se pulirá, ganará en espectáculo que al fin y al cabo es de lo que se trata y los tertulianos aprenderán a comportarse. De momento, para formar una opinión política era más efectivo Padre de familia.

3 comentarios:

Small Blue Thing dijo...

¿Puedo añadir el detalle de que, por lo que dicen las audiencias, todo tiene pinta de intentar quitarle un cacho a Intereconomía, cuyo gallinero de sobremesa lo está petando?

Ruth dijo...

Totalmente de acuerdo, querido. Lo que más me ha molestado es eso de hablar de mucho para no decir nada. Hasta el debate político se convierte en telebasura por menos de nada.

Anómalo dijo...

Small, pues días después se han pasado a hincarle el diente a Curri.

Ruth, el debate político ES MUY telebasura últimamente.