20.12.10

Spotify atina, Turner

Spotify es una maravillosa herramienta para la fusión cultural, como demuestra el hecho de que puedas estar escuchando las variaciones Goldberg y de repente te aticen una canción de Melendi para anunciar su nuevo producto. O el disco resultante del mismo.

También tiene cosas graciosas como el locutor que pronuncia "gren day" o la lista de novedades de la página de acceso que en este momento encabeza Count Basie, desbancando de una vez a ese joven advenedizo llamado Elvis Presley.

Entre estos temazos desconocidos para el gran público (recordamos que los responsables de Spotify nos toman a todos por oyentes potenciales de Melendi), nos encontramos con esta imagen:

Si no se han dado cuenta, el disco se titula "Golpear la madera"

¿Me están diciendo en serio que nadie lo vio venir? Claro, como no había Wikileaks para estas cosas...

Como dirían en Asturias (puede que Melendi): pobretina.

10.11.10

Reiventarse a sí misma

Es posible que ustedes no se acuerden de Marta Sánchez. No se sientan mal: es normal con un nombre tan común. Miren las que tiene que montar Felipe González para que no se olviden de él.

A la señorita Sánchez la recordarán porque no hace mucho que publicó con gran éxito una canción con un cantante venezolano en la que llamaban a matarles con tus propias manos. Al menos eso es lo quedó en mi mente después de oirla por milésima vez.

¿Aún no caen? Podemos preguntarle a ella. Marta Sánchez, ¿por qué más motivos podríamos recordarte?

Luego dirán que los artistas pop no son gente sincera.

Han pasado los años y le ha ocurrido lo que a otros sex-symbols de décadas pasadas como Sánchez Dragó: ha tenido que reinventarse a sí misma. En su caso, Marta ha optado por explorar nuevos caminos en la música, por avanzar en su experiencia artística investigando en sus propias emociones. Por ejemplo, aún no lo he escuchado, pero por el título, me da la impresión de que su nuevo disco...


... es pura nostalgia.

21.9.10

Anómalo pone en marcha un negocio

Todos sabemos que en los últimos meses el ritmo de actualización de este foro era más o menos el mismo que el del repertorio del Dúo Dinámico. Durante todo este tiempo he recibido cientos, ¿qué digo cientos? ¡Miles! Miles de mails. Y en todos una sola inquietud acerca de mi persona que, justo es reconocerlo, me ha conmovido.

Desde aquí quiero expresar a todos los que no tuve tiempo de contestar que no necesito viagra, pero gracias por ofrecérmelo a tan buen precio. Y no desistan, que nunca se sabe: algún día puedo tener suerte y necesitarlo. Entonces me acordaré de ustedes. Más que en este momento, en el que comparten mi pensamiento con sus respectivas madres y difuntos.

Entre estas muestras de cariño, también hubo quien inquirió respecto al motivo que acaparaba tanto de mi tiempo y que me ha mantenido lejos de la blogosfera. Es curioso como el fondo es común con los otros mensajes, ya que estos también se preocupaban de que acaso sufriera cierto picor en la bolsa escrotal que me tuviera ambas manos ocupadas en la labor de rascar dicha área.

Lo cierto es que, me quedé pensando sobre el último post que publiqué antes de esta momentánea desaparición. Hay quien me ha dicho que ya podía habérmelo pensado antes. Se ve que quieren que triunfe en los negocios.

Porque precisamente he estado tratando de meterme a saco en el mundo de los negocios. Como algunos ejecutivos de televisión, que se ve que se meten a saco en su negocio. Y en discotecas. Y en su casa. Cualquier ocasión es buena para meterse.

No todas mis ideas fueron éxitos, pero de los fracasos es de lo que más se aprende. Lo que confirma la terrible sospecha de que la carrera de Enrique Iglesias está jalonada de éxitos.

Como muestra de la intensa labor desarrollada este verano, quiero dejarles con un intenso documental sobre mi intento de poner en marcha un hotel. Disfruten de este estremecedor documento:

17.9.10

Te lo juro por la cobertura de mi móvil

Pocas veces ocurre que alguien inventa un producto de una manera tan especial que no sabes si es peor que hagan lo que se supone que tienen que hacen o que no. Como los grupos musicales de los 80.

El último artículo de esta categoría es el eWall. Que en inglés se pronuncia "igual": eWall. Descubierto en una herboristería de la Ciudad Lluviosa:


 Sí, amigos: una funda para que su móvil no tenga cobertura. Primero les engañamos para que se pusieran una Power Balance y así poder identificarles y ahora impedimos que se comuniquen entre sí. Si no hubiera tantos, diría que se acerca el fin de los gilipollas.

Si el cartel no es lo bastante explicativo, y puede que para su público objetivo no lo sea, la web explica mejor cómo usarlo:
Manteniendo el móvil dentro del compartimiento pequeño podrá perfectamente acercarse el lateral protegido de la funda eWall a su oreja y mantener una conversación a salvo de las radiaciones (a veces es necesario aumentar el volumen del móvil). Para los móviles abatibles, giratorios o deslizables será necesario retirarlos brevemente de la funda para abrirlos y luego colocarlos de nuevo para mantener la conversación.

¡Pero estas no son las únicas ventajas! Fíjense. Ya no necesita gastar fuertes sumas de dinero en un iPhone 4 para no tener cobertura:
Coloque el móvil durante el trabajo o en su tiempo libre en el compartimiento grande de su funda eWall, doble la solapa exterior y ciérrelo completamente con la cinta de goma, tras medio minuto su móvil quedará sin cobertura y ya nadie le interrumpirá.
Por fin podrá decir adiós a la incomodidad de pulsar el botón de apagar.

Ante la pregunta de si realmente hay alguien lo bastante idiota como para comprar un calcetín de colorines para no tener que darle al off, la propia web del producto nos da una pista del verdadero leit motiv del asunto:
Por favor trate su funda de móvil eWall con cuidado. Las fundas de móvil eWall se pueden cepillar (húmedas)
Ahora sí que le veo mercado y sentido a que lo vendan por Internet.

8.7.10

Visión de negocio

¿Harto de que el Telediario interrumpa los comentarios sobre que hace mucho calor y mucho fúmbol para dar la murga con matracas sobre la crisis económica? ¡Pues escape de ella! Porque la actual coyuntura financiera es también sinónimo de oportunidades. Es el momento en que los emprendedores se lanzan y ven negocios dónde los demás no ven nada o sólo ven un trozo de plástico con un holograma pegado con loctite.

Por ejemplo, ahora que llega el verano, hay comerciantes que se conforman con vender un par de gafas de sol a los adultos. Otros con más iniciativa las hacen también para niños. Luego está el óptico de Carlos Fabra, que o lo tiene más fácil que un comercial de dunkin donuts en el barrio de Falete o es un tipo capaz de venderle un iPad a un amish, no está claro.

Y por último tenemos a los fenicios de Hollywood, que han logrado conquistar el mundo animal encasquetándoles lentes oscuras a perros...



... gatos...

... perros y gatos...


... ardillas...


... cab...


... caaabbbe todo tipo de personaje en las ópticas de Hollywood. Ejem.

16.6.10

Los 80 vuelven a volver

Con el paso de los años, las décadas se mitifican: ya no hay hippies como en los 60, el glamour murió con los años 20 y añoro cuando volatizábamos gente con bombas atómicas en los 40. Pero si sobresale uno de esos conjuntos de diez años que empezamos a contar desde que nació el carpintero con mejores relaciones públicas de la Historia, ése es el decenio de los 80 del siglo XX. La mitificación es tan grande que hemos pasado a considerar que las hombreras no estaban tan mal y que Mecano hacía música.

La pasión por la penúltima década de la centura pasada se ha desatado en el cine con el remake de algunas de sus series televisivas más legendarias, como por ejemplo y otras series legendarias más. Viendo pastiches como El equipo A (sí: las películas las critico sin verlas), está claro que lo que echamos de menos no son los 80, sino lo que habríamos hecho en los 80 con los medios que tenemos ahora. Vamos, como los cuarentones que van a la puerta del instituto y dicen: “si tuviera 20 años menos…”. Si tuvieras 20 años menos, volverías a ser el pringao que fuiste entonces, asúmelo.

Como contrapunto, Fox estrenó hace un par de semanas The good guys. Una serie policiaca que parece recién sacada de la sobremesa de los sábados en La Primera y Única. A mí me tienen ganado desde el momento en que sale Bradley Whitford y encima lleva gafas de sol de piloto y ¡bigote! Una serie así tiene que ser buena. Vale, a veces también hago críticas de series sin verlas. Pero sólo en casos como este y estrenos de sobremesa en general.

El esquema es el mismo que hemos visto infinitas veces, desde el dúo Walter Mathau-Jack Lemmon hasta Epi y Blas: tipo perfeccionista obligado a colaborar con desastre con patas cuyos métodos, paradójicamente, son los que acaban salvando el día. Lástima que los políticos crean que esto también es así en la vida real.

Para disimular un poco la simpleza del planteamiento, cada capítulo se articula con estructuras más o menos retorcidas. Tarantinianas. Flashbacks, distintos puntos de vista de un mismo suceso… siempre con un tono irónico y desenfadado. Porque la gran baza de The good guys es que no se toma a sí misma muy en serio. Y por eso digo que es ochentera. ¿Me lees, Almodóvar? Repite conmigo: no tomarse a uno mismo muy en serio.

 Está tan pasada de rosca que funciona. Es la Robert Downey Jr. de las series.

El contraste de los protagonistas sirve también a ese juego. La seriedad de Jack Bailey cae derrotada ante la humanidad de Dan Stark. Y el personaje de Whitford caricaturiza perfectamente el machismo, la idealización de lo cutre y lo naif y todo lo que de despropósito tuvieron los 80. Sin contar la talla de pantalón de David Hasselhoff en El coche fantástico.

Si están hartos de que milivanilicen sus mitos de infancia en el cine, prueben The good guys. Y si no les gusta, congratúlense: ahora cuando cambian de canal, ponen otras cosas.

Dicen.

14.6.10

Persons no-tan-unknown

¡Me estoy mordiendo los spoilers, que lo sepan! Para que luego digan que no soy un tipo flexible.

Estamos en plena temporada de estrenos veraniegos en yankilandia, equivalente a esos meses en los que en España los montadores trabajan a marchas forzadas para dejar en el microondas los refritos que rellenarán la parrilla durante un par de meses.

Los americanos desconocen las croquetas, pero son más finos que nosotros en el reaprovechamiento televisivo. Lo demuestran los pistos como Persons unknown, que se estrenó la semana pasada porque a los estadounidenses les interesa el mundial de fumbol casi tanto como a nosotros el prime time de La 2..

Si les hablo de refrito y de estreno es porque Persons unkown no aporta nada nuevo. Aunque el título pueda hacernos pensar que la NBC se halla subido al carro de Callejeros, es una serie de misterio. Un grupo de personas que no se conocen entre sí (aparentemente), reunidos por fuerzas misteriosas en un pueblo casi fantasma del que no pueden huir. Dicho así, también podría ser un documental sobre Marina D’Or.

Les propongo un juego para los comentarios: recojan todas las referencias que les salen con esta sinopsis. Sin pensar, me salen The prisoner, Cube y, forzando un poco, algo de Perdidos. A los personajes los han sacado también de un manual de guión porque son tópicos y arquetípicos a rabiar. ¡Si el marine es negro, por amor de Bubba! Que sólo le falta sacar una foto de su prometida para saber que tiene menos esperanza de vida que una idea original en los pasillos de Antena 3.


De cuando haces el casting jugando al Quién es quién

Más allá de los clichés de los que tira, el lastre que tiene esta serie de misterio está precisamente en cómo se empeña en demostrarnos precisamente eso: que es de misterio. Que los protagonistas de Lost no se hablaran de su pasado tenía cierto sentido porque se acaban de caer de un avión y a nadie se le ocurre pensar que ha vivido una catástrofe aérea porque un señor tuviera un pique con su hermano gemelo que no le dejaba ganar a las damas de críos. Pero si secuestran a siete personas que en principio no tienen conexión, eso de que uno diga “preferiría no contarte a qué me dedico” y los demás contesten “pues vale” no cuela mucho.

En resumen, el capítulo piloto de Persons unknown son cuarenta minutos de nada (gracias) que se justifican por un único plano. El penúltimo, que es el que lleva todo el post tentándome con destripárselo. En menos de diez segundos se condensa toda la capacidad de enganche que se supone que debería haberse desplegado a lo largo del piloto, que se supone que para eso sirve.

Para que luego digan que en las series españolas hay relleno.

Y no me refiero a ninguna actriz.

Ni a su vestuario.

Ejem.

4.6.10

Me pareció ver a Berto con un Hammer

Por fin he visto Iron Man 2, una película que debe su título no al ser una secuela, sino al número de razones para verla. Los que han visto las promos en las que sale Scarlett Johanson saben lo que les digo.

Más allá de constatar la dura labor del director para inventarse nuevas excusas que pusieran a Scarlett en ropa interior, debo decir que es una película desconcertante. Género superheroico, ya se hacen una idea, con Robert Downey Jr. desmadrado. Los periodistas en lugar de preguntarle que se sentía al ser Tony Stark, le preguntaban a un tebeo qué se siente al ser Robert Downey Jr. En otras entrevistas preguntaron al protagonista qué tal su relación con el director y el actor respondió: "¿con quién?".

Así que tenía la impresión de que alguien se estaba riendo un poco de nosotros. Pero no. Supe de mi error cuando apareció uno de los malos, Justin Hammer, interpretado por... ¡Berto Romero?

Ahora entiendo lo de que Buenafuente tiene un Hammer (y ya sé que no se escribe así, listillos)

Y ya luego cuando ves a Marujita Díaz con unos látigos, te queda más claro de qué van estos de Hollywood.

30.5.10

Hombre de ciencia, hombre de fe. Encuentre las siete diferencias

¿De verdad queda alguien a quien le intrese que no conozca el final de Perdidos? Cuidado, que aquí decimos cosas

La culpa de que a muchos no le gustara el final de Lost es de Scooby Doo. Porque sospecho que gran parte de los decepcionados esperaban un final parecido a esto:

¡Cuidado! Spoiler del final seguro que inesperado de un videojuego de Scooby Doo

Algunos esperaban que la última escena agrupara a Jack, Hurley, Kate, Sawyer y Vincent en torno a un inmovilizado Flocke. Entonces podrían quitarle al fin la máscara que revelaría que todo el tiempo había sido en realidad Richard Alpert. Atrapado, Ricardo revelaría que todo había sido un plan para hacer un parque de atracciones en los actuales terrenos de Dharmaville, y que todo hubiera salido bien de no ser por esos muchachos entrometidos.

Las explicaciones científicas no casan bien con el drama televisivo (¿verdad, Flipy?). Twin Peaks revolucionó el medio en muchos sentidos y uno de ellos fue el uso acertado de los sobrenatural para subrayar la naturaleza más humana de sus personajes. Las conspiranoias de Mulder no siempre podían explicar todo lo que ocurría en Expediente X. No importaba: el lema de la serie era I want to believe y el protagonista no era el único que iba ampliando sus tragaderas a medida que avanzaban las temporadas. Hasta que llegamos a la última película, cuando la cantidad de botox contenida en la cara de Duchovny ya no hay quién se la crea.

Parece que el público de Perdidos, como sus protagonistas, se dividía entre la gente de ciencia y la gente de fe. Los primeros no han podido soportar una explicación mística o sobrenatural porque ofende su visión positivista de la realidad. Nos creemos que todas las mujeres que viajan en un avión sean modelos, pero no que un kebab mágico proteja una fuente de luz mágica.

La ciencia-ficción se ha convertido en una nueva forma de fe para los frikis del mundo (friki en sentido no peyorativo, entiéndanme). Cualquier explicación que tenga visos de algo científico nos parece más válida, por peregrina que sea. Lo que explica el éxito de las agencias de valoración de deuda como Standard's and Poor.

Sin embargo, ¿de verdad es peor que el humo negro sea un señor que se cayó en una fuente con la instalación de luz mal hecha que pensar que es una nube de nanobots diseñada hace décadas? ¡Décadas! Sería creer que había gente construyendo nanobots y nos parece bien, cuando lo cierto es que la cultura tecnológica era de tal forma que algún listo decidió que molaba más el vhs que el beta. La palabra clave es creer: la fe inquebrantable en todo lo que suene a seudocientífico que tanto dinero está dando a los creadores de la Power Balance.

Cuando salíamos de ver Indiana Jones y el reino de la calavara de cristal, una de las quejas más frecuentes era (cuidado, putadas) que ¡salían extraterrestres! En una saga cuyo primer capítulo acababa con la aparición estelar de Dios, el público se sintió estafado por la posibilidad de formas de vida mucho más evolucionadas que la nuestra procedentes de otro lugar del Universo. Pero que un cuenco de los de poner panchitos dé la vida eterna es lo normal.

El problema son las expectativas. Al final, el enfado con Perdidos y con Indy es el mismo que cuando descubres que la chica que te gusta no es fan de tu grupo favorito, como supusiste el día que le viste con una camiseta de la gira aquella en la que dieron el concierto que fuiste a ver. Pero la culpa, obviamente, no es de la chica. Ni nuestra.

La culpa seguramente será de Zara.

25.5.10

¿En qué se parecen Coti y J.J. Abrams?


Si a estas alturas no ha visto el final de Lost será que no le interesa mucho. Por si acaso, sepa que en este post hay putadas

Es terrible, pero lo voy a hacer: ¡voy a sacar a Paulina Rubio en este blog! ¡Y en un post sobre Perdidos!

Y en directo, con alevosía y recochineo

Tenía una amiga que siempre cantaba "todo esto fue un error". Nuestra teoría es que su versión daba el punto de vista de la chica a la que iba dirigida la letra del cantante. Por si pensaban que lo de las teorías absurdas había entrado en mi vida con Perdidos.

¿Si les digo que todo el argumento de Lost es un cúmulo de errores? Cuando decíamos que era una serie cuyo principal ingrediente son los personajes, nos quedamos cortos en la explicación. Nos falta matizar que son unos personajes que se equivocan una y otra vez y que muestran la profunda dimensión de su humanidad en el error. En el fondo, ser fan de Jack o de Sawyer o de Locke no está muy lejos de la sensación de ser hincha del atlético.

La reflexión parte del momento en el que Juliet y James se reencuentran en el flash-sideways del último capítulo. Ella le confiesa un truco para sacar una chocolatina de la máquina de vending y cuando él lo pone en práctica, la mujer anuncia: "It worked". Justo después, murmura algo sobre quedar a tomar café. Nos suena porque es el mismo diálogo que vimos en el primer capítulo de la temporada, cuando Juliet murió y creímos que lo que había funcionado era una explosión que debía reestablecer el curso de una realidad en la que los losties nunca habían ido a la Isla. Todo el mundo sabe que es más difícil recuperar una barrita Apollo que no acaba de caer de la máquina que reparar el continuo espacio-tiempo.

El plan de Faraday fracasa y "lo que pasó, pasó". Como fracasan todas y cada una de las intenciones de cualquier personaje que alguna vez pasó por la Isla. Los ejemplos son innumerables: toda la capacidad de manipulación de Ben no sirve para conseguir sus objetivos de poder  o deshacerse de los perdidos, Locke muere al intentar salvar la Isla trayendo de vuelta a los Seis de Oceanic, Hurley no consigue mejorar El imperio contraataca.

Pero los mayores fracasados son Jacob y Némesis chocan una y otra vez contra un muro de realidad (la realidad de la Isla, ojo). La prueba la encontramos en el capítulo final, cuando Jack y Flocke "desactivan" la fuente de luz con la ayuda de Desmond. Némesis por encontrar la muerte a consecuencia de su plan y Jacob por confiar en Jack, que está a punto de destruir lo que debía proteger. Como cuando alguien va a defender a una folclórica a La Noria.

Jacob y su hermano no son los dioses que creímos al principio de la quinta temporada. Son unos humanos tan torpes como el resto de los protagonistas. La creencia de uno en la bondad intrínseca de la Humanidad es tan naïf y errada como el cinismo del otro. Los candidatos han actuado desde el principio oscilando entre el egoísmo y la generosidad, el sacrificio y la búsqueda del beneficio propio. El propio Némesis sólo era un pobre diablo que sólo quería irse de la casa de su madre y Jacob tenía bastante de retorcido manipulador. Nadie es pura bondad ni pura maldad. Salvo algunos ejecutivos de televisión.

Pero ¿cómo van a ser dioses con esta pinta de recién salidos de Callejeros?

Si alguna moraleja encierra Lost, además de que es mejor viajar en la parte delantera del avión, es que todos nos equivocamos pero que nunca es tarde para enmendar el error. La moraleja o la trampa del episodio final, que es el único momento en el que al final algo sale bien de verdad, en el que un objetivo se alcanza, aunque sea por chiripa. Inserten aquí su chiste sobre la última Eurocopa.

Esa sensación de que todos nos hemos equivocado, de que nadie tenía toda la razón en ningún momento, ni siquiera el hermético Jacob, tiene mucho que ver con la mala sensación que ha generado The End en muchos fans. Porque al final, Perdidos nos ha dejado el desasosiego: no sabemos de dónde viene la Isla, no sabemos a dónde va y lo que es peor, de lo que sí tenemos certeza es de que nadie lo sabe, de que en el fondo no hay respuestas.

Aunque también es posible que todo esto a los guionistas les haya salido de chiripa, vaya usted a saber.

Próximamente: Hombre de ciencia, hombre de fe. Encuentre las siete diferencias. Si no les gusta Perdidos, Infovía es su Red. Porque lo que es en Internet, van a acabar fartucos.

24.5.10

A usted también le gustó el final de Lost

Si con este título alguien no se huele las putadas, se merece enterarse del final por medios indignos. Hale.


El final de Perdidos ha sido para muchos como la cerveza. ¿Porque ha generado cierta somnolencia, caras de desconcierto, sonrisas bobaliconas y enfados difícilmente justificables? Eeer... Ahora que lo mencionan... Pero yo lo decía porque al principio ha dejado cierto regusto extraño al paladar que ha ido deviniendo en sensación agradable cuanto más lo saboreamos. Vale, que también hay a quién no le gusta la cerveza. Por haber, también hay fans de Il Divo. Dicen.

Corríjanme si me equivoco (no hagan como el peluquero de Nicholas Cage), pero me da la impresión de que la mayor parte de los espectadores descontentos con el final estaban deseandito que nos trataran como a imbéciles. Que esperaban un final en el que nos cogieran de la manita y nos dijeran: "mira, rico, este es el bueno, este el malo y el feo... ay, no, de eso no gastamos en esta serie".

Si Lost es historia de la televisión es por todo lo tiene de lo que los estándares actuales considerarían antitelevisión. Donde la industria exige a los guionistas y realizadores información bien masticadita y regurgitada una y otra vez para que el espectador no tenga ningún problema en digerirla, Cuse y Lindelof se han permitido exigir a sus espectadores un trabajo extra. Incluso los más atentos nos hemos encontrado a veces planteando incógnitas que otros fans nos revelaban resueltos (el oso polar, la obesidad de Hurley).

El problema es que muchos de esos misterios sólo podían desvelarse en la mente de un espectador activo, y la gran final no escapa a esa característica. Se resolvían en nuestra imaginación en el mejor de los casos, cuando no existían solamente en ella. La magia de Perdidos se encuentra en que la mayor parte de la serie se desarrolla por fuerza en la fantasía de la audiencia. Aunque por desgracia algunos tienen unas parrillas neuronales más repetitivas que la sobremesa de Antena 3.

Los más decepcionados se quejan, en el fondo, de que el final ha sido coherente con las seis temporadas previas. Si exceptuamos el capítulo de Nikki y Paolo. The end no cumple con las expectativas de los que esperaban dos horas de doctor Pierre Chang explicándolo todo con grafiquines, pero sí es fiel a una serie que pretende hacer un retrato profundo de unos personajes y sus conflictos sobre un fondo borroso. Tampoco nos las demos de listos, que es el mismo principio sobre el que se construye cada día Salvamé.


¿Esperaban que el último capítulo fuera algo así? Que por otra parte, hubiera sido mitiquérrimo...

Al final sabemos qué ha sido de Jack, de Swayer, Kate, Locke, Sayid, Hurley, Ben... ¡hasta de Michael! Hemos acompañado a todos por los que nos enamoró la serie hasta el final. A algunos hasta más allá. Y lo hemos hecho sin trampas, sin saber más que ellos sobre su propia historia y lo que la rodeaba. Nos hemos podido despedir de esos personajes, libres por fin de la lucha interna o externa que hacía avanzar la trama, preparados para descansar por fin. Sin conflicto no hay drama, no hay historia, ni siquiera una serie sobre nada como Seinfeld es ajena a esta verdad. ¿Quién dijo entonces que el final de Perdidos es abierto? 

Nos han tratado como adultos, han sido fieles al espíritu que nos atrajo de la serie desde que vimos unos árboles caerse solos en la selva y nos han contado toda la historia de nuestros personajes más queridos y más odiados. ¿Ve como, si lo piensa, a usted también le ha gustado el final de Lost?

Próximamente: ¿En qué se parecen Coti y J.J. Abrams? y Hombre de ciencia, hombre de fe. Encuentre las siete diferencias. Si no les gusta Perdidos, mejor pasen las próximas semanas en una isla desierta. Salvo que tampoco les gusten las ironías.

23.5.10

El maestro

¿Saben ese personaje poderoso en artes ocultas que provoca hilaridad por su forma de hablar?

¿Yoda? ¿Qué Yoda?


¡El mago Félix!

¡Ey, el primero en ponerse como blanco del humor fue él, anunciando Explorer y recomendando su brillante seguridad! Un maestro del marketing el tipo que le contrató. ¿Cómo no fiarte de este hombre? No es como si fuera el responsable de seguridad de una galaxia conquistada por sus enemigos. Ni que le hubieran colado un troyano con asma llamado Darh Vader.

Para nada.

20.5.10

ETA rebranding

Vienen crecidos del éxito de la campaña de marketing viral en redes sociales. Y luego encima ven que Telefónica lanza su campaña de cambiar el nombre de todas las cosas, porque parece que no acaban de convencerles las denominaciones actuales otorgadas por el público y tan a menudo referidas a las deposiciones digestivas. Que dicho así, normal que Movistar les parezca un buen nombre.

Total, que a la vista de los últimos acontecimientos, ETA ha decidido hacer un rebranding, operación que se llamaba cambio de imagen hasta que le quisieron hacer un rebranding. Pero como no podían, porque el rebranding se llamaba cambio de imagen, entraron en un bucle sólo comparable a lo que debe ser Belén Esteban ayudando a su hija con los deberes.

El equipo de Efe ("¿cuál?"; "efe, que eftaf atontao") ha conseguido una imagen exclusiva del nuevo logo de la banda, que lo es:


Aunque debo advertir a los amables lectores de que esta fotografía está manipulada. Se nota que hay más photoshop que en una reunión de estrellas de Hollywood de los 80 (ésas que ustedes están pensando). Nuestros expertos en imagen retocada, que son unos becarios que usan dos veces la misma revista de señoritas de esas que no tienen dinero ni para ropa, han conseguido una reconstrucción bastante exacta de lo que habría sido la imagen original:


Es lo que tienen las empresas con demasiada rotación de personal.

6.5.10

Carlos Test Dummy

- A mí me hacen mucha gracia esos que se meten en los coches para luego estrellarlos y ver qué pasa.

- ¿Los crash test dummies?

- Hum...

Los expertos en una materia suelen encontrarse para intercambiar experiencia

- ... sí, esos también.

4.5.10

Flo, la nueva reina del hormiguero

Pese a lo que puedan pensar por el título, este post no va a sacar a Florentino Fernández del armario. Iba a hacer una broma sobre tamaños de armarios y demás, pero me doy cuenta de que algunos chistes sólo tienen gracia si los protagoniza Falete.

De Tonterías las justas olía mal el arranque (¿ven? Otro chiste que... vale, vale, sigo con lo mío). Lo de traer a Pepe Navarro corría el riesgo de caer en el lado más telecinquero de Cuatro, un lado que, no olvidemos. se construyó gracias al camino que abrió el propio Navarro cruzando cada noche el Mississipi.

Todo lo contrario: personalmente me he reconciliado con Cuatro gracias a este programa. En concreto gracias a Flo. Este hombre tiene un carisma tan especial que podría estar sacándoles las lentillas con un cortauñas que ustedes tendrían una sonrisa en los labios y comentarían lo majo y divertido que es. Si no me creen piensen si este lunes, viendo el estreno, Pepe Navarro no les volvió a caer bien.

El toque mágico de Flo también redime a Anna Simón de su paso por La jaula, gracias además a un acertado guión en el que los chistes sobre haber compartido plató con Paquirrín y demás fauna estuvieron presentes como sano ejercicio de autoescarnio. Flagelaciones que salpicaron a todos los colaboradores presentes en cámara. Dani Martínez y Paula Garber también estuvieron sueltos y sin torturar los chistes para sacarlos del teleprompter: bien. Romina Belluscio también está muy buen. Uy, no sé qué me pasa con las erratas.

Por una vez, a un programa de televisión no podemos decir aquello de “dime de qué presumes...” (Ana Rosa, por ejemplo, sabe mucho de esto). Flo prometió en las promos un espacio honesto basado en lo que mejor sabe hacer y no en intentar copiar fórmulas de otros o en trucos sucios. Y lo consigue a base de doblajes tipo El informal, piques entre colaboradores y buen rollo general sin que se note impostado. Le falta rodaje a todo, claro, pero tiene margen para crecer y asentarse. ¿Notan eso? Sí: es otro chiste de Falete queriendo salir de este párrafo.

No soy inmune a los doblajes chorras, como demuestra la gracia que me ha hecho esta tontá

Por otra parte, parece que el toque de Pablo Motos y Jorge Salvador sigue extendiéndose por Cuatro como si de una pareja de sith se tratase. La música y las risas, de lata o más falsas que una exclusiva de DEC, ambas a todo trapo y el ritmo de “escupe-el-tripi” marca de la casa Siete y acción chirrían a dolor en la franja de la siesta. Es como si a la productora le encargaran un proyecto para una determinada franja y ellos entendieran que tienen que hacer El hormiguero en esa determinada franja. Por lo que Siete y acción es en originalidad a la producción televisiva lo que Álex Ubago a la programación de Los 40 (he evitado la palabra “música” a conciencia).

Lo curioso del hecho es que Cuatro se esté liando a versionear El hormiguero por toda su parrilla justo cuando el formato original se está hundiendo en resultados. Una vez más: Álex Ubago.

Dije que no iba a entrar en análisis de datos porque, como repite Buenafuente, los duelos de audiencia son entre las empresas, no entre los profesionales del medio ni, añado yo, deberían ser entre los espectadores. Sin embargo, los datos del estreno son favorables para todos los que estamos cansados de malos rollos y poligonerismo en la sobremesa. Y con esto me refiero a ti, Jordi Hurtado. Tonterías las justas se quedó ligeramente por debajo de Sé lo que hicisteis, con una cuota de pantalla en torno a la media de su cadena y sin arañar a los resultados del espacio de La Sexta. La coexistencia es posible. Vamos, que coge este resultado de audiencia James Cameron y se marca una película, oiga. A ver si Álex Ubago se inspira también y la liamos.

3.5.10

Comparaciones odiosas y obviedades: Happy Town y Twin Peaks

Lo voy a decir rápido y me lo quito de delante: Happy town no es Twin Peaks. Sí, amigos, soy de la misma escuela de pensamiento que los que dicen que ver una peli de estreno en teaser no es lo mismo que verla en una pantalla como un estadio de fútbol de grande con gafas 3D y sonido de ese que te acortará años de audición pero no te importará porque después de esa experiencia los ruidos de la vida no te parecen creíbles. A mí me pasa cada vez que participo en un combate espacial, que lo de que no suene como en el cine... que lo de que no suene en absoluto, me desconcierta.

Cada vez que alguien anuncia algo como el nuevo algo, nos engaña o se engaña a sí mismo. Ocurrió cuando dijeron que FlashForward es el nuevo Perdidos, con Happy town como el nuevo Twin Peaks y con la PowerBalance, que desde el principio hubo gente que dijo que era el nuevo timo. Hum...

Si les digo que se trata de un pueblo, aparentemente tranquilo que se ve sacudido por un brutal asesinato que hace emerger todas las rarezas y secretos de la localidad, incluidas algunas de corte sobrenatural, tal vez lo primero que les venga a la mente sea Cuéntame. Si es el caso, tienen un grave trastorno. Es más probable, no obstante, que pensaran en la pobre Laura Palmer y el agente Cooper, los dos personajes en torno a los cuales giraba la trama de Twin Peaks. Se van acercando, pero no. Porque si yo tuviera que hablarles del clásico de David Lynch lo primero que les hubiera subrayado es el sentido del humor, agudísimo y negro como las uñas de la mitad de los que salen en Callejeros.


Cada vez que sale el tema en la conversación (y con un tipo como yo, eso sucede sorprendentemente a menudo), siempre recomiendo Twin Peaks como una de las mejores series de humor de los 90. Sí, también había misterio y melodrama rural. ¿Y? También en los programas esos de información deportiva ponen noticias sobre política e internacional para rellenar, pero no son lo importante.

El problema que le encuentro a esta nueva Happy town es que le falta la retranca de David Lynch y Mark Frost y que, por momentos, me haya hecho recordar el fiasco que fue hace un año Harper's Island. Por suerte, hay personajes interesantes y pienso que me quedaré un par de semanas por el pueblo a ver hacia dónde avanzan. Pero temo el peligro de que se tomen a sí mismos muy en serio. De que las lechuzas sean, efectivamente, lo que parecen.

El arranque ha estado bien, con su correcta presentación de personajes y sus primeros esbozos de los secretos que alguien, pienso que aún no está claro quién, tendrá que revelar. Incluso ha habido imágenes potentes como la fábrica que domina el pueblo, la puerta azul de la que habla uno de los personajes o el “hombre mágico” que se menciona varias veces. Expresión que, por lo que sea, me hace pensar en obispos.

Le daremos una oportunidad aunque sólo sea por poder comprar luego con Punta Escarlata, la versión española de la serie que está preparando Globomedia. A lo legal, ¿eh? Que no se entere González-Sinde. Y entonces también diremos que no es lo mismo. Aunque Kira Miró haga de guardiacivil.

O precisamente por eso.


Y otro día hablamos de los fabulosos gabinetes de marketing que parecen tener últimamente nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad.

30.4.10

Finales de series for dummies

Especulaba en otro día con la Fallera Cósmica cómo será el último capítulo de Perdidos. Un pasatiempo casi tan fútil como intentar adivinar la edad de Ana Obregón o el paradero actual de Jordi Hurtado. La conclusión a la que llegamos es que si los guionistas tenían intención de explicar absolutamente todas las incógintas que han ido abriendo a lo largo de seis temporadas, les valdría más poner al doctor Chang haciendo uno de sus vídeos de instrucción. Aunque sería mucho mejor si lo presentara Punset.

Es difícil que Carlton Cuse y Damon Lindelof, los showrunners de Lost, opten por esta vía. Y me refiero a lo de despejar todas las incógnitas, no a lo de opar presentadores estrella de La 2. Porque dar todo lo que pide el espectador muchas veces es insultar su inteligencia. Espero que alguien en Telecinco tome nota de este párrafo.

Igualín que yo cuando acabó Rex

El caso contrario se ha dado hace poco con el final de Damages (Daños y perjuicios). No sé si han notado que he puesto la palabra “final” y el título de una serie en la misma frase. Como Carlton y Damon, confío en su inteligencia para no tener que ser más explícito con la alerta de spoilers. Ups.

Los productores de la serie de Glenn Close recibieron el aviso de que lo tenían muy crudo para renovar para una cuarta temporada, así que cerca del final de la tercera decidieron que había que atar todos los cabos que quedaban pendientes. Secundarios y adversarios que llevaban sin ser mencionados durante meses aparecieron de la nada para asegurarse de que todos los malos recibían su merecido. Lo que vendría a ser un tercer acto a lo Garzón.

Los guionistas no dejan espacio a que el espectador pueda suponer nada. No es que todas las líneas argumentales se cierren, es que para todas hay un comentario de viva voz que explicita exactamente cómo van a atarse los cabos. Además, en todas las tramas, aquel que ha actuado mal o retorcidamente recibe un castigo. Lo que en el caso de una serie de abogados la arrastra al terreno de la ciencia-ficción.

Con todas las acusaciones de plagio que sufrió en su estreno, el cierre de Acusados fue mucho más brillante. Sus responsables dejaron huecos en casi todos los personajes para que, si queremos, seamos nosotros los que imaginemos cuál sería su siguiente paso. Y, sobre todo, por una frase que el villanesco Joaquín de la Torre le espeta a la jueza Rosa Ballester: “yo soy el precio que tienes que pagar por creer en el sistema”.

El final de Perdidos será así, con huecos, con desafíos para los fans que llevan años especulando con teorías y que por una vez buscaron en la televisión algo más que “desconectar un rato”. Posiblemente nunca sabremos si el oso aparecía en el cómic de Walt por mera casualidad o porque el dibujante era Jacob o si el padre de Locke apareció en la isla por intentar colar una segunda maleta en Ryanair.

Es el precio que tenemos que pagar por seis años de diversión.

27.4.10

Medir la sinceridad en la búsqueda de trabajo

Quiero hablarles del uso de la mentira en las citas, bien sea con la persona cuya cama aspiras visitar, bien sea con la persona de recursos humanos, valga el oxímoron. En ambos casos, si tienes suerte, acabas jodido.

Tanto en las entrevistas laborales como sociales no conviene el exceso de engaños. Magnificar tus aptitudes cuando son fácilmente comprobables no es una buena estrategia. Suele hacerse, por ejemplo, con el nivel de francés. Y también en las entrevistas de trabajo con los idiomas.

Tampoco es prudente ser demasiado sincero. Una primera cita no es un buen momento para hablar de según qué gustos tienes. Aunque la madre de los hijos de Ricky Martin le hubiera agradecido que se hubiera estado más vivo para contarle cierto detalle de su vida sexual...

En el mundo laboral también debemos optar por la prudencia. Debemos separar al máximo esta faceta de la personal, al menos en la medida en que una no interfiera en la otra o que un dato sobre tu vida privada pueda ser relevante a la hora de obtener un trabajo. Claro está que hablando de la industria televisiva...

Si la pincha, se crece. La imagen, digo.

... es posible que el límite sea algo difuso.

26.4.10

Buscando a Jack Bauer en la suite

Las mudanzas son adictivas. Y no lo digo por la cantidad de basura que vas añadiendo entre una y otra, sino porque enganchan. Y como tres meses quieto en el mismo ya me estaban dando mono (lo mismo que les pasa a los concursantes de Mujeres y hombres y viceversa), me he cogido una habitacioncilla en la Suite101. Les espero allí rob... guardando las toallas.
Salvar al mundo todo el rato tiene que ser harto cansado. No hay más que ver a los políticos, que ni siquiera lo intentan mucho y en seguida les salen canas y se les cae el pelo. En sentido literal, en el otro no tanto. Imagínense entonces cómo tiene que ser salvarlo varias veces en menos de 24 horas, sin que los guionistas tengan el detalle de dejarte comer un sandwich o de tomarte unos minutos en el excusado. Los escritores de 24 llevan ocho temporadas haciendo con Jack Bauer exactamente lo contrario que hacen a diario los responsables de Salvamé con sus marionetas.
Seguir leyendo Busco a Jack... Bauer. Otra vez en Suite101

23.4.10

El origen de la iniciativa Dharma

Llevo varias semanas sin traerles el final de Perdidos en exclusiva. Problemas con mi fuente en la producción, que parece que se ha dado un golpe tonto de esos y ahora sólo es capaz de escribir en windings. Si esta excusa les parece idiota es que no siguen asiduamente la serie.

Para compensarles, he enviado a mi equipo de investigación, que es un señor que echaron de cierto programa de la tele por incompatibilidades con su voluntariado en Proyecto Hombre, y nos ha traído el dato sobre Lost que todos estábamos esperando. Pero con el teléfono de Evangeline Lilly me quedo yo y a ustedes les comunico una bagatela: ¡el origen de la iniciativa Dharma!

Piénsenlo bien: una empresa que fabrica de todo, desde cereales del desayuno a trampas para osos. Seguro que el rebranding les tiene despistados, pero en Anomalario tenemos la pista definitiva: uno de los logos originales de la iniciativa.


En próximas entregas desvelaremos por qué Charles Widmore no es más que un burdo anagrama de Willy E. Coyote y el incontestable parentesco entre Eloise Hawking y la abuelita y la relación de ésta con la iniciativa y Richard Alpert. Un avance:


Y verán cuando descubramos la relación entre el humo negro y Pepé Le Pew.

21.4.10

Parecidos con ducados

Veo la imagen de la Duquesa de Alba que saca Bob Pop en su vitrina:


Y podéis llamarme mala persona, desconsiderado, pérfido, ruin o incluso tertuliano del corazón. Pero por favor, por favor, porfa plis recubierto de nata, antes de llamarme eso...


... llamad a los Cazafantasmas.

16.4.10

Gran reserva (20 años)

El jueves por la noche tenía varias opciones en principio igual de atractivas: la gala de 20 años de Telecinco, el nuevo culebrón de La 1 y depilarme los pelos de los nudillos con pinzas. “¿Por qué?”, se preguntarán ustedes. No sé, supongo que quería ver si le daban la vuelta al concepto gala.

La respuesta fue no. Empezar la retransmisión con Soraya disfrazada de Marilyn (Monroe. Creo) cantando el cumpleaños feliz tal vez no fuera lo más acertado. En parte porque para eso podrían haber sacado a los presentadores con collares de oro y chándal, que es igual de hortera, pero al menos hubieran estado cómodos. Pero, sobre todo, sacar la prueba que queda en la memoria colectiva de los escarceos sexuales de un político a lo mejor no es lo más delicado en una cadena propiedad de Berlusconi.

Conclusión: nos vamos a La 1. Dicho sea como el tiempo que tarde en cambiar de canal más que como cadena. Que también. En el fondo me apetecía ver a Emilio Gutiérrez Caba hacer de Angela Channing, no nos engañemos. La mejor decisión de la noche. Esa y usar cera fría.

Para los que anden despistados, TVE estrenaba Gran reserva, lo más parecido que se ha visto por estos pagos a Falcon Crest desde que Lorenzo Lamas se metió a anunciar colchones. Viñedos, familias enfrentadas y más líos sexuales que en una fiesta de (pongan aquí el nombre del futbolista del que quieran tener una bonita querella firmada).

En los blogs televisivos solemos comentar que si una serie funciona es por sus personajes. The wire no hubiera sido lo mismo protagonizada por Los hombres de Paco, desengáñense. Y para eso hace falta un buen equipo de guionistas y un elenco potente. De los guionistas todavía no podemos decir mucho; aunque parece que están sembrando bien, habrá que esperar a la vendimia. Con esto y un “repámpanos”, ya parece que sé de vino. El giro radical en la historia que da el final del capítulo también parece muy valiente, esperemos que no se desinfle el cliffhanger como si fuera un Batman de los 60.

Si de los escritores no podemos decir gran cosa todavía, todo lo contrario ocurre con los actores y actrices, tremendos todos ellos. Nota para los quisquillosos: he dicho “actores y actrices”, no tienen por qué meter a Paula Echevarría en todo esto. Con permiso de Gutiérrez Caba y quizá de Ángela Molina, me quedo sobre todo con Tristán Ulloa. Y me quito el cráneo ante él y le dejo que escupa dentro y todo si hace falta.

Eso sí: ves a Ulloa y se te cae encima un buen montón de años, por la gloria de Ana Rosa

Por lo demás, la producción era tan buena como cabía esperar y la dirección es a la vez elegante y sobria, lo que no deja de ser paradójico en una serie sobre vinos. Esto es un no parar, oiga. Se ve todo cuidado y mimado, o al menos han conseguido dar esa apariencia, lo que ya es bastante en el panorama actual.

Apenas un capítulo no es mucho para juzgar, pero que un culebrón me empuje a querer ver el segundo me escama. ¿Qué está pasando? Cambio de nuevo a Telecinco y me topo con una reivindicación de las mamachicho sin el menor atisbo de autoescarnio.

Eso era.

¡Islandia!

O Islandia en un ascensor
El efecto de sonido me ha parecido innecesario, pero ustedes mismos...

14.4.10

Mal restaurante para una primera cita

Pensaba hacer algún chiste, pero pensándolo bien...


... bastante tragedia tiene el dueño de este restaurante con los amigos que tiene.

7.4.10

Hugo Silva y el Fary

Advertencia: pueden saltarse todo el post hasta el penúltimo párrafo. Se resume en que he visto una serie española y me ha gustado. Ni siquiera voy a decir algo del tipo “parece americana”. Necesito que Telecinco estrene algo antes de que todos ustedes piensen que soy un blando.

La serie en cuestión, Karabudjan, es de Antena 3, una cadena que se empeña en hacer imagen de marca con DEC y satélites cuando es la que está ofreciendo las series más interesantes con el permiso de TVE. Recuerdo el Cazadores de hombres de la temporada pasada y, por supuesto, El diario, la sitcom más fiel al formato de la televisión española.

El nuevo proyecto de Hugo Silva viene muy en la línea de aquellos Cazadores de hombres, aunque han cambiado la banda sonora de Russian Red por el Fary:

¿Lo pillan? “Carabirurí, Karabudjan”. Mago del humor, oigan.

Tres minipuntos (que son mejores que un punto) para Antena 3 por apostar por una serie a lo inglés en duración, con seis capítulos de en torno a una hora. Y por hacer una intriga sobre una niña desaparecida con más thriller que melodrama, y por poner a tras las cámaras a Koldo Serra con un guión adulto en las manos. Casi se me escapa lo de las series americanas, oigan.

Como capítulo de presentación y arranque, sólo tengo palabras de recomendación y links hacia la página dónde pueden verlo para engancharse en próximas entregas. Así que rellenaré con un par de anécdotas. Me ha hecho mucha gracia que, como la mayor parte de la serie está grabada en Colombia, han tenido que recurrir a algún figurante local. Los dos o tres que hablan o fingen acento castellano (como si en España no hubiera colombianos) o hacen de chacha. Yo se lo dejo ahí para que lo rumien ustedes, que bastantes lectores he perdido ya últimamente.

Por otra parte, y menos anecdótico, hay que destacar el papel que reservan los responsables de la serie para los medios de comunicación. Como la historia gira alrededor una adolescente desaparecida, no tarda en aparecer el habitual buitreo mediático. Y por aquello del corporativismo, todos los programas que se mencionan o se ven, los emite Antena 3, cadena que en la ficción puede exigir “cuatro millones de espectadores” a sus programas estrellas. Esto es ficción y no El señor de los anillos.

La conclusión es que Antena 3 queda retratada como un medio que hurga en la basura en pos de la audiencia y que se ceba en el suceso, tanto en programas como en espacios informativos. Sus reporteros se presentan como torpes caza declaraciones a la puerta de la comisaría y la supuesta estrella de la cadena como una turbia carroñera sin escrúpulos. Y les recuerdo esa extrañeza que siento por la insistencia de Antena 3 en querer destacar con sus tripas de sobremesa y sus corazones de cartón piedra en lugar de con los productos de calidad que también tiene y que deja en evidencia a los otros.

Lástima que, en los audímetros, este golazo quedara ensombrecido por los de Messi.

6.4.10

Mamen y las gallin(ej)as

Amo a Mamen Mendizábal un poquito menos que a Tina Fey. Y desde mucho antes de que saliera en la tele, pequeños arribistas catódicos. Entiéndan (sobre todo Mamen) que por eso observo que no me gusta Debate: al límite con gran dolor de mi corazón mientras considero a Xavier Horcajo y Sáenz de Buruaga grandes maestros del humor contemporáneo.

El mismo lunes que se estrenaba el programa de debates de La Sexta, Antonio 3G titulaba una entrevista a su presentadora con un rotundo entrecomillado: "Algunos debates políticos se han convertido en gallineros". Que es como decir: “a algunos coprófagos les huele mal el aliento“. Y es que, amigos míos, la materia prima puede ser determinante.

Voy a empezar diciendo algo bueno de los programadores de La Sexta aprovechando que ya no estoy en Público: han tenido una buena idea. Un programa barato que, en principio, debería crear una buena sinergia con unos noticieros al alza. Lástima que no se hayan dado cuenta de que a esas horas de la sobremesa, su espacio de opinión coincide con los de las demás cadenas, dónde se conocen como “informativos”. Cosas del marketing.

Tampoco ayuda el punto de partida de Debate: al límite. El máximo de cinco minutos para disertar sobre cuatro o cinco temas difícilmente será bastante tiempo como para presentar unos argumentos claros y contundentes. Salvo que seas el agente de Megan Fox.

Otro lastre con el que han contado en el primer programa ha sido la selección de contertulios, con perdón. Primero por su floreado uso del “y tú más”, que les dejaría más o menos al nivel argumentativo de un niño de primaria. Lo que pasa es que los escolares (dicho sea como condición de estudiante, no como tertuliano que debuta en el espacio este martes), saben respetar el turno de intervención o al menos saben que no pueden hablar sin levantar la mano antes. Los fanes de Salvamé están encantados: primero Telecinco lo alarga por detrás y luego LaSexta por delante.

La realización está muy bien, oigan

No puedo acabar sin poner un punto, pero antes quiero anotar otra cosa: la polarización, que no tiene nada que ver con el cambio climático. En el estreno de Debate: al límite teníamos dos representantes del PSOE, uno del PP y a Ignacio Villa, por la COPE. Si este último no venía como apoderado del ideario de alguna formación minoritaria, en cuyo caso prefiero no dar siglas, seguimos con la política de péndulo, oscilando entre socialistas y populares como quien se mueve entre chochos y altramuces. El orden de la comparación ha sido aleatorio, créanme.

El formato se pulirá, ganará en espectáculo que al fin y al cabo es de lo que se trata y los tertulianos aprenderán a comportarse. De momento, para formar una opinión política era más efectivo Padre de familia.

29.3.10

Los chinos de la suerte

¿Que por qué estoy tan seguro de que los chinos dominarán el mundo? Los chinos nos harán puré porque son gente trabajadora y centrada, que, al contrario de lo que afirman las frases hechas, no se dejan engañar por supercherías. ¿Alguna vez han visto ustedes a un representante de tan magna nacionalidad con una power balance? ¿Descuelgan sus teléfonos para participar en un llama y gana? ¿Votan los chinos a...? ¿Votan los chinos, de hecho?

Pero, sobre todo, jamás verán a un oriental dejarse los cuartos en tonterías como los chupetes de la suerte o como...


... los occidentales de la suerte.

Y seguro que no pierden el tiempo especulando sobre tonterías así. Además de que en la actualidad controlan el tráfico mundial de riskettos. Miedo me dan.

25.3.10

Refranero español para la televisión

¡Cuánto daño ha hecho Hollywood! La moda del remake y de volver a hacer lo mismo casi igual, pero lo bastante distinto como para que podamos decir que es peor se ha extendido a través de mares y continentes a la manera de la gripe A, sólo que extendiéndose a través de mares y continentes de verdad.

Los últimos afectados por la moda del remake son los encargados de poner rótulos en los programas de televisión. Y su objetivo son las frases hechas y los refranes, que ya están muy vistos y necesitan que alguien les de una vuelta. La prueba la encontramos el jueves 25 de marzo en La mañana de La 1:

Pues eso: brillante

Desde el Anomalario, empatizamos plenamente con esta iniciativa tan bella para impedir que el castellano se convierta en una lengua muerta como el latín o lo que sea que habla Rosa de España. Y desde aquí queremos contribuir con unas cuantas revisiones más del refranero y de las frases hechas:

  • Tanto va el cántabro a la fuente... Dicho por la gente que Miguel Ángel Revilla ya le cae pesado.
  • A río devuelto... Propio del día siguiente de un botellón, para reflejar la ganancia de los vendedores de alcohol.
  • Me da mala esquina. Para esos constructores que no parece que sepan usar una escuadra.
  • Echar más peña al fuego. Se usa cuando los programas del corazón llaman a más invitados para que rajen de alguien.
  • Tres patas para un manco. O ley de la compensación universal.
  • Meterse en camisa de once caras. Expresa una complicación muy grande, como la mencionada camisa, probablemente propiedad de Falete.
  • Hacer mutis por el forro. O irse por sus santos coj...
  • Escurrir el culto. De esto sabe mucho la Iglesia.
  • De perdidos, al lío. Puede usarla cuando no se entera de un carajo en una serie de televisión, pero sigue viéndola por algún extraño motivo.
  • No se andaba con chinitas. Se refiere a alguien que iba directo al grano, cueste lo que cueste. Que no busca en tiendas baratas, se entiende.
Anda, que como lo del rótulo no fuera queriendo, qué cosa más dantiana, ¿no?

22.3.10

El Papa nunca se equivoca (bonustrack)

Se rumorea que así interpretaron las palabras del Papa unas cuantas monjas que acababan de confesarse:

El Papa nunca se equivoca

Si te pasas un par de milenios diciendo que las cosas son verdad porque lo dice un libro, independientemente de las pruebas científicas que apunten a lo contrario.

Si inviertes un par de siglos en defender que nunca te equivocas y pidiendo a la gente que siga ciegamente tus palabras.

Entonces, alma de cántaro, nunca, nunca...



... digas eso de "el que esté libre de pecado...".

Que a la gente la carga el diablo, hombre de Dios.

17.3.10

La cadena está triste

Cuando mi abuela dice que en todas las cadenas de televisión dan lo mismo me veo obligado a contestarle que no. Que sólo lo intentan.

El director y guionista de cine Billy Wilder tenía una frase escrita en su despacho para desengrasar cuando se atascaba en el trabajo: “¿cómo lo haría Lubitsch?”. Y la referencia al maestro le hacía avanzar. Para cuando los resultados de audiencia no acompañan, en Antena 3 tienen dos posits: en uno pone “¿cómo lo hacen en Telecinco?” y en el otro tienen el teléfono de María José Campanario.

Mientras tanto, en Cuatro en lugar de perder el tiempo con papelitos tienen un montón de teles y se miran unos a otros diciendo: “¿cómo lo hacen?”. Porque en la cadena-que-antes-era-de-Sogecable-y-ahora-no-se-sabe-bien están más despistados que un director de documentales en Telecinco.

La franja de sobremesa-tarde no era su punto fuerte, así que decidieron hacer algo original: si los demás tenían un reality de cantantes que funcionaba como un tiro (al corazón de la creación musical), ellos tendrían uno de bailarines. Y les fue bien. Así que luego miraron que otras cosas tenían éxito: culebrones. La gente mira La 1 porque pone culebrones, así que copiaron la idea con Los exitosos Pells y Valientes, ambas series copiadas (legalmente) de otras. Nunca les agradecimos lo bastante esos títulos que tantos momentos de gloria dieron a los redactores aficionados a los juegos de palabras.

El problema fue que los que querían ver culebrones ya sabían dónde encontrarlos: en La 1. Y se la pegaron. La siguiente opción fue probar copiando un magacine que habían visto en uno de sus monitores. Se dice que para cuando se dieron cuenta de que lo que tenían puesto era un vídeo antiguo de Channel Nº 4 ya era demasiado tarde. También se rumorea que nadie ha tenido valor todavía para explicarle la situación a Luján Argüelles.

Y ahora deciden ir a la opción de La Sexta: el humor. Para ello fichan a Florentino Fernández, habitual de Globomedia, la productora de Sé lo que hicisteis. Ojalá me equivoque yo, pero creo que cometen un error, el habitual en la programación española. Y en los bares, cuando por las noches todo el mundo intenta ligar con la persona más atractiva. Que me tienen harto ya.

Florentino Fernández, que se hizo famoso... ¡como imitador!

Les fue bien con Fama porque supieron dar con el contenido interesante para el público que nadie más ofrecía en ese momento. Sin dudar que harán un gran formato para Flo (ey, esto no era un chiste), van a pegarse de tortas con La Sexta por la misma audiencia. En el mejor de los casos para Cuatro, acabarán repartiéndoselo. A lo mejor se trata de inaugurar un nuevo estilo de programa: el programa-bomba-suicida.

Hum... ¿dije nuevo?

16.3.10

El gran secreto de Perdidos ¡revelado!

Habrá quien diga que este blog se actualiza menos que el vestuario del Papa. Bien, lo admito. Dado el reducido equipo de colaboradores, que somos yo mismo y un tetra brik de leche Hacendado abierto en julio, a veces tenemos que reducir el ritmo de publicación para dedicarnos a la investigación periodística. A veces también reducimos el ritmo de publicación para reaprovisionarnos de riskettos, a instancias de mi compañero.

En estos días sin nuevas publicaciones, nos hemos lanzado tras una pista para poder adelantarles el final de Perdidos. Otra vez. Coherentes con nuestras capacidades periodísticas, hemos encontrado un guión de Lo que diga la rubia, que no tiene nada que ver con Lost, pero tampoco se entiende nada.

Eso sí, en el camino nos hemos encontrado con la verdadera identidad de Jacob:



Y si no sabe usted quién es el caballero de la derecha, después de ver este vídeo será un poquito más feliz:



Trololololo himno de la selección española, ¡ya!

9.3.10

Lo que no me gusta de Ricky Gervais

Hay dos cosas que no me gustan: que su apellido suene a galleta integral y The Ricky Gervais Show. Si no entendéis la primera afirmación, cuidado, puede que seais José Coronado. Para lo segundo, una muestra:


No hay nada para incrustar con subtítulos, lo siento. Si no entienden el inglés, hablen con Emilio Botín.

Bien por la HBO y su idea de coger un programa de radio y convertirlo en uno de televisión. Rellenando la pantalla con dibujos animados. En la tele española normalmente hacen lo mismo pero ponen imágenes en modo repeat on o a Curri Valenzuela. O ambas opciones a la vez.

Los dibujos animados permiten ilustrar cualquier frikada que estén contando los protagonistas por el mismo precio. Como cuando en las series españolas comentan las escenas de acción en lugar de mostrarlas, pero menos cutre. Humildemente recomendaría a los de Ilustres ignorantes que le echaran un ojo a la idea.

También está muy bien elegido el tipo de animación, con esos personajes de diseño sesentero que podrían haber escapado de cualquier capítulo de Los Picapiedra. El problema aparece cuando la mentalidad se ajusta también a la línea gráfica.

En The Ricky Gervais Show encontramos la trasposición de unos podcast en los que el cómico titular y su compinche Stephen Merchant conversan con un tal Karl Pinkerton Pilkington, un personajazo que cuando lo descubra Quintero se va a poner como su perro de envidia. El tipo (Pilkington, no Quintero) es capaz de defender que deberían dejar de inventar cosas porque total para qué más o explicar sin pestañear como el primer ser vivo en la luna fue un mono entrenado a base de condicionamiento positivo con plátanos. Pero creyéndoselo, no como los políticos. Pilkington, no el mono.

Karl es un tipo totalmente risible al que sólo hay que darle cuerda para que se ahorque él solo. El problema es que Gervais y Merchant asumen una postura demasiado activa. Donde los cazadores de frikis clásicos adoptan un aire de falsa distancia y objetividad, ellos no se cortan en llamar loco, idiota o imbécil al tal Pilkington. A lo mejor nos faltan referencias, pero da la impresión de que tenemos dos fuertes riéndose de un débil y eso es exactamente contrario a los resortes habituales del humor. Como los Morancos. No por lo de dos fuertes y un débil, sino por lo de ser contrarios a los resortes habituales del humor.

El estilo cómico de Gervais siempre ha sido ácido, corrosivo y brutal, pero también siempre dirigido hacia un objeto de burla encarnado por sí mismo. Podíamos reírnos a gusto porque, más allá de la lastimica que nos dieran David Brent o Andy Millman sabíamos que detrás de ellos estaba el propio cómico, que el tartazo estaba convenido. Con Pilkington pesa la duda de si nos estamos riendo “de” y no “con”.

Como Belén Esteban si JJ fuera un tipo inteligente y con gracia.

Editado: Gracias a @dombodan por detectar que confundo los nombres extranjeros cual Señora que...