30.4.10

Finales de series for dummies

Especulaba en otro día con la Fallera Cósmica cómo será el último capítulo de Perdidos. Un pasatiempo casi tan fútil como intentar adivinar la edad de Ana Obregón o el paradero actual de Jordi Hurtado. La conclusión a la que llegamos es que si los guionistas tenían intención de explicar absolutamente todas las incógintas que han ido abriendo a lo largo de seis temporadas, les valdría más poner al doctor Chang haciendo uno de sus vídeos de instrucción. Aunque sería mucho mejor si lo presentara Punset.

Es difícil que Carlton Cuse y Damon Lindelof, los showrunners de Lost, opten por esta vía. Y me refiero a lo de despejar todas las incógnitas, no a lo de opar presentadores estrella de La 2. Porque dar todo lo que pide el espectador muchas veces es insultar su inteligencia. Espero que alguien en Telecinco tome nota de este párrafo.

Igualín que yo cuando acabó Rex

El caso contrario se ha dado hace poco con el final de Damages (Daños y perjuicios). No sé si han notado que he puesto la palabra “final” y el título de una serie en la misma frase. Como Carlton y Damon, confío en su inteligencia para no tener que ser más explícito con la alerta de spoilers. Ups.

Los productores de la serie de Glenn Close recibieron el aviso de que lo tenían muy crudo para renovar para una cuarta temporada, así que cerca del final de la tercera decidieron que había que atar todos los cabos que quedaban pendientes. Secundarios y adversarios que llevaban sin ser mencionados durante meses aparecieron de la nada para asegurarse de que todos los malos recibían su merecido. Lo que vendría a ser un tercer acto a lo Garzón.

Los guionistas no dejan espacio a que el espectador pueda suponer nada. No es que todas las líneas argumentales se cierren, es que para todas hay un comentario de viva voz que explicita exactamente cómo van a atarse los cabos. Además, en todas las tramas, aquel que ha actuado mal o retorcidamente recibe un castigo. Lo que en el caso de una serie de abogados la arrastra al terreno de la ciencia-ficción.

Con todas las acusaciones de plagio que sufrió en su estreno, el cierre de Acusados fue mucho más brillante. Sus responsables dejaron huecos en casi todos los personajes para que, si queremos, seamos nosotros los que imaginemos cuál sería su siguiente paso. Y, sobre todo, por una frase que el villanesco Joaquín de la Torre le espeta a la jueza Rosa Ballester: “yo soy el precio que tienes que pagar por creer en el sistema”.

El final de Perdidos será así, con huecos, con desafíos para los fans que llevan años especulando con teorías y que por una vez buscaron en la televisión algo más que “desconectar un rato”. Posiblemente nunca sabremos si el oso aparecía en el cómic de Walt por mera casualidad o porque el dibujante era Jacob o si el padre de Locke apareció en la isla por intentar colar una segunda maleta en Ryanair.

Es el precio que tenemos que pagar por seis años de diversión.

27.4.10

Medir la sinceridad en la búsqueda de trabajo

Quiero hablarles del uso de la mentira en las citas, bien sea con la persona cuya cama aspiras visitar, bien sea con la persona de recursos humanos, valga el oxímoron. En ambos casos, si tienes suerte, acabas jodido.

Tanto en las entrevistas laborales como sociales no conviene el exceso de engaños. Magnificar tus aptitudes cuando son fácilmente comprobables no es una buena estrategia. Suele hacerse, por ejemplo, con el nivel de francés. Y también en las entrevistas de trabajo con los idiomas.

Tampoco es prudente ser demasiado sincero. Una primera cita no es un buen momento para hablar de según qué gustos tienes. Aunque la madre de los hijos de Ricky Martin le hubiera agradecido que se hubiera estado más vivo para contarle cierto detalle de su vida sexual...

En el mundo laboral también debemos optar por la prudencia. Debemos separar al máximo esta faceta de la personal, al menos en la medida en que una no interfiera en la otra o que un dato sobre tu vida privada pueda ser relevante a la hora de obtener un trabajo. Claro está que hablando de la industria televisiva...

Si la pincha, se crece. La imagen, digo.

... es posible que el límite sea algo difuso.

26.4.10

Buscando a Jack Bauer en la suite

Las mudanzas son adictivas. Y no lo digo por la cantidad de basura que vas añadiendo entre una y otra, sino porque enganchan. Y como tres meses quieto en el mismo ya me estaban dando mono (lo mismo que les pasa a los concursantes de Mujeres y hombres y viceversa), me he cogido una habitacioncilla en la Suite101. Les espero allí rob... guardando las toallas.
Salvar al mundo todo el rato tiene que ser harto cansado. No hay más que ver a los políticos, que ni siquiera lo intentan mucho y en seguida les salen canas y se les cae el pelo. En sentido literal, en el otro no tanto. Imagínense entonces cómo tiene que ser salvarlo varias veces en menos de 24 horas, sin que los guionistas tengan el detalle de dejarte comer un sandwich o de tomarte unos minutos en el excusado. Los escritores de 24 llevan ocho temporadas haciendo con Jack Bauer exactamente lo contrario que hacen a diario los responsables de Salvamé con sus marionetas.
Seguir leyendo Busco a Jack... Bauer. Otra vez en Suite101

23.4.10

El origen de la iniciativa Dharma

Llevo varias semanas sin traerles el final de Perdidos en exclusiva. Problemas con mi fuente en la producción, que parece que se ha dado un golpe tonto de esos y ahora sólo es capaz de escribir en windings. Si esta excusa les parece idiota es que no siguen asiduamente la serie.

Para compensarles, he enviado a mi equipo de investigación, que es un señor que echaron de cierto programa de la tele por incompatibilidades con su voluntariado en Proyecto Hombre, y nos ha traído el dato sobre Lost que todos estábamos esperando. Pero con el teléfono de Evangeline Lilly me quedo yo y a ustedes les comunico una bagatela: ¡el origen de la iniciativa Dharma!

Piénsenlo bien: una empresa que fabrica de todo, desde cereales del desayuno a trampas para osos. Seguro que el rebranding les tiene despistados, pero en Anomalario tenemos la pista definitiva: uno de los logos originales de la iniciativa.


En próximas entregas desvelaremos por qué Charles Widmore no es más que un burdo anagrama de Willy E. Coyote y el incontestable parentesco entre Eloise Hawking y la abuelita y la relación de ésta con la iniciativa y Richard Alpert. Un avance:


Y verán cuando descubramos la relación entre el humo negro y Pepé Le Pew.

21.4.10

Parecidos con ducados

Veo la imagen de la Duquesa de Alba que saca Bob Pop en su vitrina:


Y podéis llamarme mala persona, desconsiderado, pérfido, ruin o incluso tertuliano del corazón. Pero por favor, por favor, porfa plis recubierto de nata, antes de llamarme eso...


... llamad a los Cazafantasmas.

16.4.10

Gran reserva (20 años)

El jueves por la noche tenía varias opciones en principio igual de atractivas: la gala de 20 años de Telecinco, el nuevo culebrón de La 1 y depilarme los pelos de los nudillos con pinzas. “¿Por qué?”, se preguntarán ustedes. No sé, supongo que quería ver si le daban la vuelta al concepto gala.

La respuesta fue no. Empezar la retransmisión con Soraya disfrazada de Marilyn (Monroe. Creo) cantando el cumpleaños feliz tal vez no fuera lo más acertado. En parte porque para eso podrían haber sacado a los presentadores con collares de oro y chándal, que es igual de hortera, pero al menos hubieran estado cómodos. Pero, sobre todo, sacar la prueba que queda en la memoria colectiva de los escarceos sexuales de un político a lo mejor no es lo más delicado en una cadena propiedad de Berlusconi.

Conclusión: nos vamos a La 1. Dicho sea como el tiempo que tarde en cambiar de canal más que como cadena. Que también. En el fondo me apetecía ver a Emilio Gutiérrez Caba hacer de Angela Channing, no nos engañemos. La mejor decisión de la noche. Esa y usar cera fría.

Para los que anden despistados, TVE estrenaba Gran reserva, lo más parecido que se ha visto por estos pagos a Falcon Crest desde que Lorenzo Lamas se metió a anunciar colchones. Viñedos, familias enfrentadas y más líos sexuales que en una fiesta de (pongan aquí el nombre del futbolista del que quieran tener una bonita querella firmada).

En los blogs televisivos solemos comentar que si una serie funciona es por sus personajes. The wire no hubiera sido lo mismo protagonizada por Los hombres de Paco, desengáñense. Y para eso hace falta un buen equipo de guionistas y un elenco potente. De los guionistas todavía no podemos decir mucho; aunque parece que están sembrando bien, habrá que esperar a la vendimia. Con esto y un “repámpanos”, ya parece que sé de vino. El giro radical en la historia que da el final del capítulo también parece muy valiente, esperemos que no se desinfle el cliffhanger como si fuera un Batman de los 60.

Si de los escritores no podemos decir gran cosa todavía, todo lo contrario ocurre con los actores y actrices, tremendos todos ellos. Nota para los quisquillosos: he dicho “actores y actrices”, no tienen por qué meter a Paula Echevarría en todo esto. Con permiso de Gutiérrez Caba y quizá de Ángela Molina, me quedo sobre todo con Tristán Ulloa. Y me quito el cráneo ante él y le dejo que escupa dentro y todo si hace falta.

Eso sí: ves a Ulloa y se te cae encima un buen montón de años, por la gloria de Ana Rosa

Por lo demás, la producción era tan buena como cabía esperar y la dirección es a la vez elegante y sobria, lo que no deja de ser paradójico en una serie sobre vinos. Esto es un no parar, oiga. Se ve todo cuidado y mimado, o al menos han conseguido dar esa apariencia, lo que ya es bastante en el panorama actual.

Apenas un capítulo no es mucho para juzgar, pero que un culebrón me empuje a querer ver el segundo me escama. ¿Qué está pasando? Cambio de nuevo a Telecinco y me topo con una reivindicación de las mamachicho sin el menor atisbo de autoescarnio.

Eso era.

¡Islandia!

O Islandia en un ascensor
El efecto de sonido me ha parecido innecesario, pero ustedes mismos...

14.4.10

Mal restaurante para una primera cita

Pensaba hacer algún chiste, pero pensándolo bien...


... bastante tragedia tiene el dueño de este restaurante con los amigos que tiene.

7.4.10

Hugo Silva y el Fary

Advertencia: pueden saltarse todo el post hasta el penúltimo párrafo. Se resume en que he visto una serie española y me ha gustado. Ni siquiera voy a decir algo del tipo “parece americana”. Necesito que Telecinco estrene algo antes de que todos ustedes piensen que soy un blando.

La serie en cuestión, Karabudjan, es de Antena 3, una cadena que se empeña en hacer imagen de marca con DEC y satélites cuando es la que está ofreciendo las series más interesantes con el permiso de TVE. Recuerdo el Cazadores de hombres de la temporada pasada y, por supuesto, El diario, la sitcom más fiel al formato de la televisión española.

El nuevo proyecto de Hugo Silva viene muy en la línea de aquellos Cazadores de hombres, aunque han cambiado la banda sonora de Russian Red por el Fary:

¿Lo pillan? “Carabirurí, Karabudjan”. Mago del humor, oigan.

Tres minipuntos (que son mejores que un punto) para Antena 3 por apostar por una serie a lo inglés en duración, con seis capítulos de en torno a una hora. Y por hacer una intriga sobre una niña desaparecida con más thriller que melodrama, y por poner a tras las cámaras a Koldo Serra con un guión adulto en las manos. Casi se me escapa lo de las series americanas, oigan.

Como capítulo de presentación y arranque, sólo tengo palabras de recomendación y links hacia la página dónde pueden verlo para engancharse en próximas entregas. Así que rellenaré con un par de anécdotas. Me ha hecho mucha gracia que, como la mayor parte de la serie está grabada en Colombia, han tenido que recurrir a algún figurante local. Los dos o tres que hablan o fingen acento castellano (como si en España no hubiera colombianos) o hacen de chacha. Yo se lo dejo ahí para que lo rumien ustedes, que bastantes lectores he perdido ya últimamente.

Por otra parte, y menos anecdótico, hay que destacar el papel que reservan los responsables de la serie para los medios de comunicación. Como la historia gira alrededor una adolescente desaparecida, no tarda en aparecer el habitual buitreo mediático. Y por aquello del corporativismo, todos los programas que se mencionan o se ven, los emite Antena 3, cadena que en la ficción puede exigir “cuatro millones de espectadores” a sus programas estrellas. Esto es ficción y no El señor de los anillos.

La conclusión es que Antena 3 queda retratada como un medio que hurga en la basura en pos de la audiencia y que se ceba en el suceso, tanto en programas como en espacios informativos. Sus reporteros se presentan como torpes caza declaraciones a la puerta de la comisaría y la supuesta estrella de la cadena como una turbia carroñera sin escrúpulos. Y les recuerdo esa extrañeza que siento por la insistencia de Antena 3 en querer destacar con sus tripas de sobremesa y sus corazones de cartón piedra en lugar de con los productos de calidad que también tiene y que deja en evidencia a los otros.

Lástima que, en los audímetros, este golazo quedara ensombrecido por los de Messi.

6.4.10

Mamen y las gallin(ej)as

Amo a Mamen Mendizábal un poquito menos que a Tina Fey. Y desde mucho antes de que saliera en la tele, pequeños arribistas catódicos. Entiéndan (sobre todo Mamen) que por eso observo que no me gusta Debate: al límite con gran dolor de mi corazón mientras considero a Xavier Horcajo y Sáenz de Buruaga grandes maestros del humor contemporáneo.

El mismo lunes que se estrenaba el programa de debates de La Sexta, Antonio 3G titulaba una entrevista a su presentadora con un rotundo entrecomillado: "Algunos debates políticos se han convertido en gallineros". Que es como decir: “a algunos coprófagos les huele mal el aliento“. Y es que, amigos míos, la materia prima puede ser determinante.

Voy a empezar diciendo algo bueno de los programadores de La Sexta aprovechando que ya no estoy en Público: han tenido una buena idea. Un programa barato que, en principio, debería crear una buena sinergia con unos noticieros al alza. Lástima que no se hayan dado cuenta de que a esas horas de la sobremesa, su espacio de opinión coincide con los de las demás cadenas, dónde se conocen como “informativos”. Cosas del marketing.

Tampoco ayuda el punto de partida de Debate: al límite. El máximo de cinco minutos para disertar sobre cuatro o cinco temas difícilmente será bastante tiempo como para presentar unos argumentos claros y contundentes. Salvo que seas el agente de Megan Fox.

Otro lastre con el que han contado en el primer programa ha sido la selección de contertulios, con perdón. Primero por su floreado uso del “y tú más”, que les dejaría más o menos al nivel argumentativo de un niño de primaria. Lo que pasa es que los escolares (dicho sea como condición de estudiante, no como tertuliano que debuta en el espacio este martes), saben respetar el turno de intervención o al menos saben que no pueden hablar sin levantar la mano antes. Los fanes de Salvamé están encantados: primero Telecinco lo alarga por detrás y luego LaSexta por delante.

La realización está muy bien, oigan

No puedo acabar sin poner un punto, pero antes quiero anotar otra cosa: la polarización, que no tiene nada que ver con el cambio climático. En el estreno de Debate: al límite teníamos dos representantes del PSOE, uno del PP y a Ignacio Villa, por la COPE. Si este último no venía como apoderado del ideario de alguna formación minoritaria, en cuyo caso prefiero no dar siglas, seguimos con la política de péndulo, oscilando entre socialistas y populares como quien se mueve entre chochos y altramuces. El orden de la comparación ha sido aleatorio, créanme.

El formato se pulirá, ganará en espectáculo que al fin y al cabo es de lo que se trata y los tertulianos aprenderán a comportarse. De momento, para formar una opinión política era más efectivo Padre de familia.