Es difícil que Carlton Cuse y Damon Lindelof, los showrunners de Lost, opten por esta vía. Y me refiero a lo de despejar todas las incógnitas, no a lo de opar presentadores estrella de La 2. Porque dar todo lo que pide el espectador muchas veces es insultar su inteligencia. Espero que alguien en Telecinco tome nota de este párrafo.
Igualín que yo cuando acabó Rex
El caso contrario se ha dado hace poco con el final de Damages (Daños y perjuicios). No sé si han notado que he puesto la palabra “final” y el título de una serie en la misma frase. Como Carlton y Damon, confío en su inteligencia para no tener que ser más explícito con la alerta de spoilers. Ups.
Los productores de la serie de Glenn Close recibieron el aviso de que lo tenían muy crudo para renovar para una cuarta temporada, así que cerca del final de la tercera decidieron que había que atar todos los cabos que quedaban pendientes. Secundarios y adversarios que llevaban sin ser mencionados durante meses aparecieron de la nada para asegurarse de que todos los malos recibían su merecido. Lo que vendría a ser un tercer acto a lo Garzón.
Los guionistas no dejan espacio a que el espectador pueda suponer nada. No es que todas las líneas argumentales se cierren, es que para todas hay un comentario de viva voz que explicita exactamente cómo van a atarse los cabos. Además, en todas las tramas, aquel que ha actuado mal o retorcidamente recibe un castigo. Lo que en el caso de una serie de abogados la arrastra al terreno de la ciencia-ficción.
Con todas las acusaciones de plagio que sufrió en su estreno, el cierre de Acusados fue mucho más brillante. Sus responsables dejaron huecos en casi todos los personajes para que, si queremos, seamos nosotros los que imaginemos cuál sería su siguiente paso. Y, sobre todo, por una frase que el villanesco Joaquín de la Torre le espeta a la jueza Rosa Ballester: “yo soy el precio que tienes que pagar por creer en el sistema”.
El final de Perdidos será así, con huecos, con desafíos para los fans que llevan años especulando con teorías y que por una vez buscaron en la televisión algo más que “desconectar un rato”. Posiblemente nunca sabremos si el oso aparecía en el cómic de Walt por mera casualidad o porque el dibujante era Jacob o si el padre de Locke apareció en la isla por intentar colar una segunda maleta en Ryanair.
Es el precio que tenemos que pagar por seis años de diversión.
2 comentarios:
El final de Damages fue una tomadura de pelo en toda regla. Que manera de estropear una serie que empezó tan bien.
Y de lost solo decir que yo hubiese podido salir en esa promo porque estoy igual que toda esa gentiña
¿Desaparecerá también este comentario mío de su blog? Misterios como en la isla...
Pues yo estoy deseando que dejen cosas abiertas, no muy grandes, o sí, pero alguna por lo menos para poder hacer nuestras propias teorías en las charlas post-lost con los colegas.
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