Llevo un tiempo rumiando
un post a lo bofetada de Bud Spencer sobre Antena 3 Noticias. No es gratuito, es legítima venganza en nombre de un diccionario y una gramática con más golpes que el coche de Farruquito.
Sabemos que no es algo exclusivo de los servicios informativos de Antena 3, que pasa en las mejores familias.
Obligar a un redactor a recabar información, documentarse, grabar imágenes, montar la pieza y locutarla mientras hace malabarismos con una mano atada a la espalda y un pie en la calle (bendita precariedad laboral), no es la mejor garantía de rigor y precisión. Aunque, llámenme loco, eso debería ser lo que exigiéramos los espectadores de un telediario.
El problema es que yo también ando algo escaso de tiempo como para tragarme todos los noticieros de, pongamos una semana, para sacarles los colores, así que lo he ido dejando pasar y no será hoy cuando lo lleve a cabo. Sí, amigos: tres párrafos y aún no hemos pasado de la introducción. Tengo la misma capacidad de síntesis que Sánchez Dragó.
De lo que quiero hablarles hoy es de una noticia muy bien redactada, pero que me dejó la cintura hecha un cisco. Parafraseo a Mónica Carrillo advirtiéndonos de que vamos a ver
unas imágenes de la famosa (¿?) cantante francesa Mylène Farmer, que esta vez no salta a la actualidad por su música (¿?) sino por lo que vamos a ver a continuación. Y nos casca este vídeo:
Resumiendo: tenemos una recepción que el presidente francés, Nicolas Sarkozy ofrece a su homólogo ruso, Dimitri Medvédev. Ambos líderes han hablado sobre sanciones contra la posible amenaza nuclear de Irán, sobre intercambios comerciales de armamento y gas, sobre la modernización de Rusia... y
el editor de Antena 3 Noticias decide que es noticia que una señora que no conocemos se tropiece porque lleva unos tacones altos. Eché en falta las declaraciones de Sarkozy comentando la jugada en plan: “pues esas escaleras se suben perfectamente con tacones altos, que lo sé yo”.
Me pregunto c
uándo ocurrió que los medios de comunicación cedieron su puesto como gate-keeper, que es como llamaban en la Facultad a los prescriptores, a los que seleccionan la información relevante. En la Facultad, para justificarse, ponían nombres rimbombantes a las cosas vacías de contenido; por ejemplo, “Facultad”.
¿Será culpa de las redes sociales?
Acaso ahora los prescriptores no los encontramos en los mass-media convencionales, sino en los enlaces que nos pasan unos cuantos blogueros elegidos en Twitter o nuestra tía Alfonsina por Facebook. ¿O será que en algún momento ganó el malo del inspector Gadget y ahora mueve los hilos desde las sombras para idiotizarnos? ¿O será, más bien, que efectivamente somos idiotas y lo saben?
Mientras tanto, Díaz Ferrán y la CEOE inventan burradas cada vez mayores porque ya no saben cómo hacer para colarse en los informativos.