Interrumpimos el blog para unos consejos publicitarios:
¡Espera, espera! ¡Para el descanso! ¿Qué mierda es ésta? Ya estamos con el típico trato vejatorio del hombre como mero objeto sexual que tanto ha lastrado nuestra realización social (me incluyo entre el grupo de hombres, que hoy tengo la autoestima subidísima).
Analicen el repaso de los hombres que hace esta tal María (si ese es su verdadero nombre):
- Miguel. Su primer "amor". Destaquemos que no indica que sea el primer tío con el que se enrollara. Porque la tal María es una promiscua de cabo a rab... er... toda ella. Dicho sea desde la admiración, ojo. De este Miguel recuerda su sonrisa. Es posible que él sea ahora un alto cargo de la ONU. O, mejor aún, un fontanero 24 horas. Pero para esta mujer fría y superficial, no es más que una sonrisa, un objeto fugaz que utilizó en su pasado.
- Juan. A Juan se lo zumbaba y punto. Él quería ver cine clásico, pero ella le quería para lo que le quería. Sospechamos que el pobre Juan vaga ahora por los festivales internacionales haciéndose el interesante para pillar cacho, creyendo que por eso se había enrollado con ese ser frívolo y pelirrojo que tantos cadáveres sentimentales ha dejado a su paso. También es posible que, insensibilizado a las torturas emocionales más despiadadas, sólo vea cine iraní.
- Álex era un gilipollas, no hay más que verle la cara. Y por eso, esa bruja despiadada de María, le mató. Porque esta gorgona sin sentimientos se cansa de él y en lugar de decicarle un "tenemos que hablar" o un "no eres tú, soy yo", acaba con él con un procedimiento contra el que la DGT debería movilizar al menos la mitad de recursos utlizados en proteger a la población del piloto José María Aznar. Porque cuando el chico está al manillar de su vespa de modernuqui (¿merecía la muerte por esto, me pregunto retóricamente?), ella le lanza un beso golfuno que hace a Álex perder la conciencia de su papel de conductor, del riesgo constante que supone el comandar vehículos atomotrices por una calzada. Cuando retoma la concentración, la última imagen que registran sus pupilas es la de un camión lanzado contra su esfenoides, como demuestra la expresión de pánico en este plano:
- Y por último, está Nacho. Ella llega a casa con la intención de dejarle, se le ve en el rostro cuando ve la fiesta sorpresa y piensa "ay, madre". El motivo de la ruptura es netamente sexual. Lleva dándose el lote con todo bicho viviente desde los ocho años. Entonces llega un tipo tipo sensible, amable y de Nuevas Generaciones (no lo niegues, Nacho, ¡se te ve el cartón!) y le organiza una fiesta sorpresa con todo el mundo, con el curro que es eso. ¿Y ella qué hace? ¡Le da un abrazo! Sólo le falta comentar lo entrañable que es. Pobre Nacho. Su vida se concentrará a partir de ahora en convertir su tensión sexual acumulada en un rencor que canalizar a través de HazteOir y en despreciar a las personas que, al contrario que él, practican o han practicado sexo, en cualquiera de sus modalidades satisfactorias y no individuales.
"Soy María y siempre me quedo con lo mejor de lo que pasa por mi vida", concluye esta arpía de bella faz. En nuestra querida y siempre expresiva lengua romance: "soy María y soy una zorra egoísta y sin escrúpulos".
Que se preparen en el PP de Madrid.
1 comentario:
jajajajajaa estos publicistas y diseñadores web di merda ^_^
Publicar un comentario